Capítulo 4

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Capítulo 4

- Tus decisiones serán el resultado final de tu vida.

Pasaron los meses y buen día José llegó al parqueadero de la empresa de la cual era socio, observó a una Joven que se ayudaba con muletas quien bajó del carro de Devora con torpeza, Devora saludo y le dijo a José -le presentó la hija de una amiga que nos va ayudar en la compañía por unos días. José le pareció muy extraño que una mujer como Devora fuera tan bondadosa; la hermosa joven se presentó,-mucho gusto con su voz suave, su mirada baja, muy tímida, mi nombre es María Isabel, en ese momento José contestó;

-bienvenida si necesitas algo en lo que te pueda colaborar estoy a tu disposición, ese día Devora exclamó sin preguntarle nada -desde que me hice cargo de María Isabel he tratado de darle educación para que se defienda sola, a pesar de las circunstancias terminó la universidad, ahora quiere trabajar pero has de entender que no está en las condiciones de nosotros,

José -no sé a qué te refieres, acaso un par de muletas y una enfermedad que dificulta caminar es impedimento para pensar y entender; debo trabajar con ella antes de juzgar sus capacidades independientemente del problema físico que tenga.

Pasaron los días y José habló con Débora quien siempre buscaba dañar su trabajo,

José - hagamos una tregua.

Devora -No es necesaria tu petición eres tan insignificante para mí que hace rato deje de pensar en tu existencia puedes ser socio, tener poder en la empresa pero sigues siendo un levantado, un trepador, siempre te tendré fastidio, entiende una cosa; el que ahora sea cordial no quiere decir que usted es de mi agrado, espero que no mal interpretes las cosas, nunca serás mi amigo y menos te consideraré como alguien cercano a mí,

José -descuida no busco ser tu amigo solo deseo trabajar tranquilo, en equipo; cambiando de tema deseaba comentarte que existe un vacante para María Isabel, Devora le agradeció pero le contesto que María Isabel seguiría transcribiendo datos y enviando email,

José exclamó -¡Pero María Isabel ha terminado estudios superiores no la descalifiques por el problema físico que tiene! Por favor déjame trabajar con ella,
Devora -de acuerdo haz lo que quieras eso si no respondo debes entender que este tipo de personas son muy sensible y en algunos casos incompetentes lo cual puede ser una carga para tu trabajo;

José -descuida Devora y entiendo no te preocupes. Lo que no sabían es que detrás de la puerta María Isabel estaba escuchando las palabras de Devora, después María Isabel al ver a José salir le hablo;

-señor no necesito de su compasión; entienda que he vivido muchos años soportando el pesar, las miradas de la gente y no requiero un salvador, Devora tiene razón yo soy una carga, lo que estoy haciendo es lo que merezco;

José le respondió mirándola a los ojos - no me das pesar, no te admiro por ser una persona que anda con muletas, solo quiero darte una oportunidad pero si te crees tan incompetente y tu incapacidad es mental pues no aceptes mi oferta, ella le habló fuerte y le dijo -!porque me trata así! ¡Qué le pasa! ,

Él le contestó -me pasa que creo en su potencial y me molesta ver que usted misma se descalifica, permiso María Isabel tengo que trabajar me confirma el día de mañana si acepta continuar a mi lado.

Finalmente María Isabel aceptó la propuesta de José, Después iniciaron su trabajo juntos, él notaba su brillantez, cumplida con sus tareas, en ocasiones se quedaba horas extras trabajando comprometida con la causa; pasaron los días y Devora comentaba -!me imagino que ha sido difícil la labor con María Isabel¡ José contradecía a Devora al enseñarle los informes que ella presentaba, Devora quedaba aterrada , José ahora percibía en Devora un sentimiento de gratitud hacia él por haberle dado la oportunidad a su protegida.

EPITAFIO A TU AUSENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora