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Jisung y Minho son pareja desde hace dos años, son casi perfectos juntos. Todos en su círculo cercano estaban seguros que su relación era algo hermoso y de ensueño, ¿había algo que los podría separar?

Una relación melosa, de cariño y protección, ambos estaban el uno para el otro. Se amaban más que a nada.

Ese día Minho estaría preparándose para una entrevista de trabajo en una empresa bastante buena, sería una enorme oportunidad si no fallaba como en las anteriores. Estaba muy nervioso, daba vueltas de aquí a allá en la casa asegurándose de que todo estuviese bien.

—¡amor, amor, amor! —repitió Jisung atrapando a Minho entre sus brazos—

—Jisung necesito ver si tengo todos los papeles —insistió apartando con cuidado al otro—

—mírame —ordenó viendo que el mayor trataba de irse otra vez a la habitación en vez de salir de una vez— está todo bien, sabes que sí, y si algo falta yo iré a dejartelo —dejó un pequeño beso en los labios del más alto— hmm, mírate, te vez hermoso, yo te contrataría de una vez como imagen de la empresa.

—Gracias amor, pero sabes que eso no es a por lo que voy.

—Uush, solo bromeo...tranquilo...estás tan nervioso que no captas mis bromas —ahora fue el mayor quien le besó con ternura—

—Lo siento...tienes razón, todo va a estár bien...te paso a dejar a la consulta.

—No te preocupes, hoy abro más tarde, tengo que salir antes.

—Cierto, es martes. Bien, nos vemos...te amo —se despidió Minho tomando el rostro de su novio entre sus manos y dejando varios besos en este—

—Yo también tórtolo. Que te vaya muy bien, aunque sé que va a ser así —dijo arreglando la chaqueta del otro—

Solo se dedicaron suaves sonrisas mientras Minho avanzaba al auto y Jisung se apoyaba en el marco de la puerta antes de cerrarla y volver dentro.

Hoy Jisung también estaba nervioso, pero no debía preocupar a Minho, solo respiró hondo varias veces y pensó en lo asombroso que sería que su novio lo follase con el atuendo que tenía. Tal vez más tarde se lo pediría, ahora solo sería un pensamiento borroso para distraerse.

Se acercó a la cocina a acabar el latte que se había preparado hace un rato, el cual no pudo acabar al ver a Minho tan preocupado. La bebida seguía tibia para su suerte. Minutos después, cuando ya estaba arreglado para irse, tomó sus pertenencias, su bolso, chaqueta, entre otros, se miró por última vez al espejo y salió a su destino; su consulta con Chan.

Como Minho se había llevado el auto, Jisung tuvo que tomar el metro. Pero no le molestaba en lo mínimo, de hecho, prefería moverse en la ciudad de este modo, conectaba un poco más con todo lo de afuera. Se sentó junto a la ventana para mirar un poco hacia afuera en las estaciones de exterior. Pensaba en por lo que pasaría minutos más tarde, cruzando distintas emociones por cada escenario. Cada vez que iba con su psicólogo Chan pasaba por mil y un sentimientos distintos, y le gustaba eso, porque en ese momento podía sentirse seguro de expresar cada uno de ellos y hacerse parte de lo que su cabeza le decía. Estaba muy orgulloso de su avance, porque hace un año estaría completamente negado a hacer algo como salir por su propia cuenta al gimnasio o al supermercado, no sólo, siempre con Minho.

No se dió cuenta pero terminó por atrasarse un poco al caminar tan vagamente, así que al bajarse en su estación comenzó a correr esperando recuperar el tiempo perdido.

—vamos, vamos, vamos~ —se animó a si mismo al ver que solo quedaban dos calles—

Lo logró, a su suerte estaba justo a tiempo frente a la recepción del centro de consultas. Antes de entrar tomó suficiente aire y acomodó su abrigo. Se acercó a el mesón principal y confirmó su llegada.

𝘈𝘣𝘰𝘶𝘵 𝙃𝙚 𖠗 𝘔𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora