11

66 7 0
                                    

El día anterior fue lento, apenas se movieron de la cama. Pero hoy había que arreglarse lo mejor posible para visitar a los padres de Jisung, esta quien era la más nerviosa de los dos.

El viaje tomaría casi dos horas. Los señores Han se mudaron a las periferias de la cuidad de Seúl cuando su hijo menor comenzó preparatoria y decidió vivir junto a su abuela materna. Ahora están en una tranquila y espaciosa casa entre vegetación y animales silvestres.

En el baño del segundo piso estaba Jisung terminando de arreglarse y lavarse los dientes, y abajo Minho que guardaba las últimas cosas en el auto. Cuando el mayor ya tenía todo listo, esperó en el móvil a que bajara su pareja, cosa que tomó tiempo, casi 10 minutos y no aparecía. Por eso, volvió a la casa para buscarla.

-hey, Ji, se hace tarde -buscó en la planta baja sin encontrarla- ¿Jisung? -subió a la habitación encontrandola apoyada en el lava manos mirando su reflejo perdida- ¿amor? -con cautela tocó su hombro, sacándola del trance-

-ah, perdón...perdón -vió la hora en su reloj digital, sorprendiéndose de lo tarde que era- Dios es muy tarde, baja, baja -empujó a Minho dejándolo con las preguntas en la boca-

-pero ¿estás bien? -preguntó ahora que estaban subiendo al auto- estabas perdida en tu reflejo.

-solo nerviosa, eso -respondió simple y neutro-

-no va a pasar nada, ya hablamos de esto ¿hmh? -le dedicó una sonrisa mientras arrancaba la camioneta-

Tal como se esperaba al atrasarse en salir, llegaron un poco tarde a lo que esperaban, pero eso no era primordial, sabían que no habría problema si se demoraban un poco, la familia no tiene excusa al vivir tan lejos.

A Jisung le fascinaban los viajes largos, sobre todo el de camino a la casa de sus padres, habían algunos campos de girasoles y vacas que amaba observar, además el sol era cálido en esta temporada, así que lo aprovechó por completo durmiendo unos minutos bajo este.

Le hubiese gustado vivir acá en su infancia, poder despertar con la naturaleza y sin los autos sonando con fuerza, salir a jugar entre matorrales de frutas y hierbas con perros callejeros. Aunque nunca pudo vivir esa niñez, su sueño era poder dársela a sus hijos, si es que alguna vez tenía, dentro de sus planes estaba algún día poder adoptar a un infante junto a Minho.

Al llegar recibió un apretado y cariñoso abrazo de su madre, le alegraba ver que con este aire se veía más fresca y saludable.

-ay como te extrañe mi hombrecillo, lindo, precioso -Jisung intentó no poner mala cara al escuchar los apodos- ¿como has estado? ¿Como te ha tratado Minho?

Vaya...si le respondiera con tal sinceridad.

-todo bien mamá, Minho me cuida bien. ¿Y Junhan?

-adentro, con tu padre, vamos.

Se dirigieron a la casa sin antes esperar a que la señora Han le deformara las mejillas a Minho con sus cariños. Aveces parecía que lo quería más a él que a sus hijos.

-¡miren quienes llegaron! ¡los tórtolos por siempre! -gritó Junhan al verlos llegar-

-¡hey!

-¡hey!

Gritó la pareja al unísono.

-hijo, ¿qué tal? -saludó ahora su padre acercandose a su hijo mayor. Le dió unos golpes en la espalda con su codo, ya que en las manos tenía guantes sucios por cocinar- llegaron tarde así que nosotros terminamos esto.

-y eso que yo soy el festejado, no debería hacer nada.

-deja de quejarte y disfruta el tiempo en familia, ¿sí? -pidió su madre apretandole el hombro con fuerza mientras sonreía a los demás presentes-

𝘈𝘣𝘰𝘶𝘵 𝙃𝙚 𖠗 𝘔𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora