Martes, con un fabuloso día libre para ambos jóvenes. Minho tenía el grandioso plan de llevar a su linda Jisung a una cita a su lugar favorito, el zoológico, el lugar donde se conocieron. Hace años que no lo visitaban y parecía ser el momento.
-¡Jiji! -llamó Minho mientras bajaba las escaleras con rapidez-
-¡ya te he dicho que no me llames así! Solo mis padres y Junhan pueden -dejó de hacer el desayuno para quejarse con un puchero cruzando sus brazos en su pecho-
-ush, está bien -fingió molestia unos segundos, antes de abrazarla por la cintura y dejar un pequeño beso en su puchero- te ves tierna, linda -notó como logró sonrojarla y sonrió a sus adentros-
-idiota, me pones nerviosa -golpeó su brazo con su puño haciendo que Minho se quejara-
-¿y para qué me golpeas? Hm. Y yo que te iba a llevar a una cita y tú solo me tratas mal -se giró dándole la espalda como si se tratase de un niño pequeño-
-¿qué? ¡ay no, perdón! Sí quiero salir -sonrió de forma dulce tratando de persuadir a su novio para que la perdonara y aceptara salir juntos- te amoo, perdón -se abrazó a Minho y se revolvió quejándose- amor, por favor, perdón. Puedes decirme Jiji todo el día, pero salgamos a alguna parte, estoy aburrida.
En el rostro del mayor se formó una sonrisa ladina, había logrado no sólo que salieran a una cita, si no que también que pudiese decirle Jiji, un apodo que encontraba de lo más tierno.
-trato hecho, vamos al zoológico, arréglate -dió palmadas en su espalda y técnicamente la empujó al baño para que se duchara-
-¡oye! ¡espera! Dejé unos huevos en la sartén, revisalos mientras me baño -advirtió con su dedo antes de cerrar la puerta-
-sí, sí. Tú ve, ya -negó con una sonrisa y se acercó a la cocina para terminar de preparar su desayuno-
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-amor, después pasemos por unas donas, quedé con hambre -admitió la menor con lástima-
-bien, pero después, ahora ya vamos a entrar, ¿por qué no me dijiste antes? Te hubiese comprado algo -le reprochó Minho mientras terminaba de pagar sus entradas para el zoológico-
-perdón.
-no importa -al terminar tomó con suavidad su mano y le hizo caminar hacia el interior del lugar- hace mucho no venimos aquí, ¿verdad?
-síp, extraño trabajar aquí. Era lindo compartir con los bebés y madres de acá...¿estarán buscando veterinarios?
-¿y vas a dejar a Sumin y tu jefe? Eso no se hace, Jiji -le reprochó picando su nariz, haciendo énfasis en el apodo-
-es tan extraño que me llames así...ya, vamos.
Jisung comenzó a caminar tirando de la mano de su novio, quien se quedó riendo con la reacción que tuvo al llamarla con el mismo sobrenombre de sus padres.