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❚ CAMELOT - 1229 ❚

La puerta de la habitación de la pequeña niña se abrió, dejando salir a Merlín y a un señor con un parche en el ojo.

- ¿Y? ¿Va a estar bien? —. Preguntó preocupada Morgana al de parche. Él le contestó.

- Estará bien, pero deberá guardar reposo por una semana como máximo. Deben de darle de comer sopa y pan, en lo posible carne pero solo en los último días de descanso.

Morgana soltó el aire que tenía retenido, aliviada. Merlín colocó una mano en el hombro de su aprendiz mayor.

- Estará bien. Yo mismo le puse un hechizo de sanación, se repondrá más rápido de lo que canta un gallo. —. Busco animar a su estudiante. Morgana sonrió leve, pero sin quitar la preocupación de su cara.

- Puede retirarse buen hombre, muchas gracias. —. Se inclinó en despida.

El hombre de parche imitó su acción y se retiró.

- ¿Puedo entrar a verla? —. Merlin asintió inseguro. Morgana pasó a la habitación cerrando la puerta tras de si.

- ¡Ay mi niña! —corrió hasta la cama y se agachó a verla, su rostro yacía dormido, pero las heridas y marcas de lágrimas secas, hacían que el corazón de la mujer de trenza se partiera en pedazos— ¿Quién te hizo esto? —sobó con su mano la mejilla de la menor, con delicadeza, temiendo a qué en cualquier momento pudiera lastimarse mas— ¿Mi niña? Sira. —. La llamó, buscando despertarla. Cosa que logró.

Los ojos de la pequeña se abrieron a duras penas, y lo primero que vió al voltear su rostro, fue la cara de su tía Morgana, una cara que jamás olvidaría.

- Tía... —habló a duras penas—, no llores. —. Elevó una de sus pequeñas manos y la extendió hacia el rostro de la mayor, limpiando una lágrima que iba a caer. Morgana rió con tristeza, tomando la mano de su sobrina y besándola.

- No sabes lo preocupada que estuve cuando me llamaron aquí, tuve que dejar a mis sirvientas... Pero eso no importa, me vine lo más rápido que pude y...

- ¿Do..dónde está pa..dre? —. Le cortó la menor con la voz seca. Morgana agachó la mirada devolviendo la mano de la pequeña a la cama.

- El rey tuvo cosas que hacer, cuando le contaron lo que pasó, él quiso venir, pero sus deberes por querer acabar con Gunmar y la supuesta amenaza que dan los seres como yo, están ofuscandolo de lo que me verdad importa —miró a la pequeña con seguridad—. Pero no te preocupes, mientras yo esté con vida, no te faltará nada y jamás dejaré que mis deberes se interpongan en querer protegerte mi niña, mi pequeña. —. La abrazó. Sira a duras penas, le sentó y correspondió. Ambas sonrieron.

Morgana se separó con una seria expresión.

- Ahora, quiero. No. Necesito que me digas quién o quiénes fueron las personas que te hicieron esto. —. Apretó los puños sin que Sira se diera cuenta.

- No tía. No dejaré que tú corazón se oscurezca, mientras yo esté aquí, no dejaré que caigas en la oscuridad —acercó su frente a la mayor y las juntó—. No tiene caso que te diga quienes fueron, porque sé de lo que eres capaz, y eso jamás me ha asustado, pero si al decirte sus nombres tú vas y los buscas... Dime  tía, ¿Qué harás?

Morgana se mordió el labio antes de responder con frialdad.

- Acabaré con sus vidas, y haré que tengan deseos y ansias de morir, pero no será así, quiero que paguen por lo que te hicieron, que las personas que te hayan hecho esto..—los objetos de la habitación empezaron a levitar, Sira no se inmutó— ¡¡Quiero que paguen!! —. Las cosas cayeron estripitosamente al suelo, algunos juguetes se la pequeña se hicieron añicos, otros de partieron a la mitad y un cofre que ella tenía cayó al suelo rompiendo el espejo que tenía. Sira suspiró con una sonrisa y volvió a abrazar a su tía.

You colored my world ©     | 𝗪𝗶𝘇𝗮𝗿𝗱𝘀 | [P A U S A D A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora