Inocencia 1

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—¡Se hace tarde! —Gritó Seungmin desde el piso de abajo mientras espiaba por la ventana que se encontraba en la sala de estar—. Está por pasar —Murmuró cuando vio el momento en que su compañero de casa pasaba más rápido que una flecha por su lado.

Era invierno, estaba nevando, pero Hyunjin se encontraba sin la parte superior de su ropa, mostrando los tatuajes que resaltaban en su blanca piel y su trabajado abdomen mientras fumaba un cigarrillo, mirando al perro de Seungmin hacer sus necesidades a un lado de la puerta.

—Buenas tardes, vecino —Saludó la vocecita gruesa que volvía loco a Hyunjin—. ¿Por qué está sin camisa? —Preguntó mientras ladeaba la cabeza a un costado de una forma demasiado tierna.

Seungmin supo de inmediato que su amigo era un estúpido dramático cuando lo vio fruncir el rostro y tomarse el pecho. El muchacho seguía ahí parado, mirando a su vecino y esperando una respuesta a lo que había preguntado anteriormente, pero Hyunjin estaba demasiado embobado pasando sus ojos por todo su rostro para siquiera prestar atención a eso.

Quiero meterte los dedos —Jeongin frunció el ceño cuando su vecino soltó eso, no entendió bien a qué se refería. ¿Por qué es que él quería meterle los dedos si ni siquiera le dolía el estómago?

— ¿Qué dice, vecino? —Se balanceó hacia adelante y atrás en sus pies mientras se aferraba a la mochila de color pastel que ese día había elegido.

— ¿Qué? —Preguntó Hyunjin saliendo de su ensoñación, dándose cuenta que había soltado sin querer una frase que Jeongin no llegó a entender y estaba seguro que nunca entendería. Si él ahora iba y le decía a su hermano mayor, estaba seguro que sería la quinta vez en la semana que Minho iría a patear sus bolas y darle un largo sermón de cómo no debía de decir esas palabrotas frente a su hermanito.

Y es que Jeongin era demasiado inocente para esta vida, era demasiado suave, demasiado lindo, demasiado todo y su familia lo cuidaba como si fuera un pequeño tesoro que no era digno de observar. Sabía las cosas básicas y entendía otras cosas, pero lo que decía su vecino a veces era gracioso y extraño, como en ese momento cuando le decía que quería meterle los dedos sabiendo que él no le había contado nada y mucho menos que tenía ganas de vomitar. O cuando le soltó que era un niño bonito y que si le acariciaba el ganso, él iba a darle una galletita, pero ¿desde cuándo era que Hwang Hyunjin tenía un ganso? No lo había visto ni escuchado en ningún momento y eso que solo vivían a una casa de distancia, si él realmente tuviera un animal de esos, Jeong desde su casa podría escucharlo porque bien sabía y había investigado que esos animales eran muy ruidosos. Entonces, como buena idea, se lo preguntó a su hermano mayor y él salió furioso de su casa a gritarle al vecino. ¿Por qué Minho se enojaba con Hyunjin por tener un ganso?

—Por favor, no le digas a Minho lo que te dije —Soltó mientras lo miraba a los ojos unos segundos, Jeongin asintió aún algo confundido.

—Vecino se le va el perro —Señaló al perrito de color marrón y blanco que comenzaba a correr lejos de él por la acera.

—¡Hwang! ¡Se va Berry, idiota! —Gritó Seungmin mientras salía en pijama y pantuflas de uno de los personajes de los ositos cariñositos—. ¡Te dejé diez minutos con el perro, Hyunjin! ¡Diez minutos y lo perdiste!

— ¡¿Por qué me gritas a mí?! ¡Fue tu perro el que se fue!

— ¡Adiós vecinos! —Gritó Jeongin saludando con su mano a ambos muchachos que habían comenzado a correr detrás de la pequeña Berry, la cual hacía todo lo posible para esquivarlos.

—¿Qué sucedió? —Preguntó su hermano cuando llegó a la puerta de su hogar, observando desde el porche como Hyunjin resbalaba por querer agarrar al cachorro del otro muchacho, cayendo sobre la nieve y gritando por lo fría que esta se encontraba.

—Minho hyung, ese vecino que está ahí dijo que quería meterme los dedos, pero ¿por qué? Si yo no quiero vomitar —El mayor apretó la mandíbula con fuerza mientras le hacía una seña a su hermanito para que entrara. Se mordió la lengua, pero en verdad quería soltar un grito y maldecir a Hwang Hyunjin tanto. El imbécil no entendía que su hermano era demasiado inocente para entender las cosas que él decía. Estaba molesto e hizo un pequeño berrinche en su lugar cuando probó su café y lo encontró frío.

—¡Está fría, Seungmin! —Se abrazó a sí mismo mientras veía como su amigo le hacía mimos a su perro y por él no hacía nada.

— ¿Acaso fui yo quien te dijo: "Ve Hyunjin, sal sin camisa en pleno invierno mientras cae nieve a conquistar con tus estúpidos piropos a Jeongin"? ¿Yo lo hice? ¿O fue tu brillante idea? A veces creo que piensas con la cabeza y no exactamente la de arriba—Murmuró mientras negaba y se metía dentro de la casa.

—¡Hola cuñado! —Gritó, recomponiendose rápidamente mientras saludaba con su mano a Minho. Desde donde estaba, podía verlo apretando el asa de su taza con fuerza blanca con fuerza mientras miraba hacia ambos lados antes de sacarle el dedo de en medio—. ¡Espero que estés teniendo una agradable tarde!

— ¡Más agradable será en cuanto te golpee en las pelotas, maldito imbécil! —Tenía una sonrisa terrorífica en el rostro y lo miraba como si estuviera a punto de dar dos pasos y asesinarlo con sus propias manos—. ¡Ojalá te mueras atragantado o algo por el estilo!

Hyunjin ingresó a su hogar y corrió escaleras arriba mientras ignoraba los quejidos de Seungmin, entró en su habitación y fue directo al baño en donde encendió la ducha con el agua caliente, esperando que así el frío repentino que estaba congelandole los huesos, se fuera. Cuando salió un poco más a gusto y con una toalla enroscada en su cintura, mirando hacia el frente pudo notar los ojitos brillosos que lo espiaban, escondiéndose detrás de una cortina oscura. Hyunjin sabía que esa no era su habitación, pero también sabía que le encantaba que lo mirara de esa manera.

Jeongin cargaba con mucha inocencia, pero Hyunjin quería quitársela de una forma muy sucia.

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Adaptación autorizada por @thelastyngi, gracias otra vez ajsjs 💗

⌗ 𝗶𝗻𝗼𝗰𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 ˙ ﹒hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora