⌗ 𝗶𝗻𝗼𝗰𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 ˙ ﹒hyunin

inocencia 10

El viaje de vuelta a casa fue bastante silencioso. Jeongin se encontraba relajado en el asiento de copiloto mientras miraba por la ventana y Hyunjin no podía dejar de pensar en lo que había sucedido hacía unas horas atrás.

Dejaría a Innienuevamente en la estación, su padre estaría esperándolo en ese lugar para que su madre no comenzara a sospechar absolutamente nada, pero lo dudaba mucho. Las marcas que había dejado en su cuello habían sido difíciles de ocultar y aún era verano, Jeongin no podía ponerse alguna prenda con cuello alto.

Su lindo vecino terminó durmiendose y él solo pudo hacer todo lo posible para relajarse y dejar que su cabeza pensara tantas cosas a la vez. Había hablado con el señor Yang, diciéndole que llegaría un poco más tarde a la estación de lo que había planeado, pero Hyunjin no se quejó y simplemente le agradeció mentalmente. Y ahora, estacionado en el estacionamiento tratando de despertar a Jeongin que lo tenía con los pelos de punta.

—Oye Innie —Lo movió despacio mientras se aseguraba que los vasos descartables estaban seguros.

—Hum, déjame —Murmuró entre sueños y volvió a acomodarse. El aire acondicionado estaba en la temperatura justa como para que el doncel no quisiera ni siquiera abrir un ojo.

—Innie, despierta. Te traje un batido.

Jeongin tenía el sueño pesado, demasiado y él no había notado en ningún momento que Hwang había estacionado el auto, había bajado a comprar y que incluso había vuelto cerrando la puerta con demasiada fuerza. Había encendido el aire frío y por eso es que el muchacho estaba tan cómodo durmiendo. Volvió a moverlo con suavidad porque no quería asustarlo y que se levantara exaltado.

—Innie —El nombrado abrió los ojos y lo observó antes de sacar el sueño de sus ojos, sentándose recto y observando los dos vasos que descansaban en los portavasos que Hyunjin tenía en la camioneta—, tu padre llegará un poco más tarde —Le estiró el batido y él gustoso lo aceptó—. Debemos hablar —Murmuró no queriendo que lo escuchara—. De todo lo que sucedió y lo que sucederá. Tu madre te hará muchas preguntas y seguramente no las querrás contestar, pero debemos de mantener todo como está ¿bien? Seguiré diciéndote cosas y tú me mirarás como sino entendieras nada, todo hasta que puedas salir de ahí.

Jeongin lo escuchó atento y de vez en cuando asentía con la cabeza, pero el sentimiento de angustia que sentía no era normal. Él quería a Hyunjin desde hacía mucho tiempo y que le dijera que lo mejor era mantener todo en silencio era doloroso porqe quería pasear de su mano, que le diera besitos y que lo mimara cuando lo pidiera. Pero a pesar de que sentía que su corazón estaba siendo apresado en un puño, comprendió que por el momento era lo mejor porque no quería tener problemas con su madre y mucho menos que Hwang los tuviera no solo con ella sino que con Minho también.

Lo miró durante un largo tiempo, dándole sorbos al batido mientras sus ojos lo traicionaban. Se sentía pequeño y que en cualquier momento se quedaría completamente solo, enfrentando una realidad que nunca pidió, pero que fue obligado a sobrellevar sin importar qué.

—Lo entiendo, realmente puedo entender, pero ¿por qué duele tanto? —Hyunjin se rompió, literalmente lo hizo. No pudo aguantar mucho más había notado el cambio de humor que Jeongin había entendido y él no había podido evitar sentirse como un hijo de puta, como si estuviera lastimando de la peor manera a la persona más pura del planeta entero.

Lloró junto con innie porque su corazón no pudo aguantarlo más.

Ambos sabían que nada sería fácil, tenían al señor Ysng de su lado, pero no a la señora Yang. Ella odiaba a Hyunjin y él no sabía la razón detrás de ese odio injustificado. Nunca había hecho nada malo, siempre la había tratado con respeto y nunca se había pasado de la raya, entonces no entendía muy bien por qué lo miraba mal cada vez que pasaba a su lado, por qué hablaba mal de él con los demás vecinos, por qué incluso llegó a insultarlo sin razón alguna solo porque había mirado unos segundos a su hijo. Entendía el cuidado que le daba a Jeongin, pero también lo sentía excesivo y era como si realmente simplemente quisiera tenerlo encerrado en su hogar siendo ignorante del mundo que le esperaba afuera.