5. Limpia

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Y lo que pasa es que estás intoxicada

Y eso que dices que ya no tomas nada

Pero me dicen por ahí: "Que sí, que sí

Que sí, que sí", y dicen, dicen

(Veneno en la piel - Radio Futura)


Clara no sabe nada de cuadros, pero si sabe mucho sobre negocios, y sonríe satisfecha al ver que la galería estuvo llena hasta los topes ese sábado por la tarde.

Todo el equipo estuvo ocupado toda el tiempo.

Mira a Pía pasearse por el lugar. Sin ninguna razón sonríe al ver aquel cuadro colgado en la pared para luego devolverse a dónde están los demás.

- La gente ha estado como loca hoy. Siento que toda la ciudad estuvo aquí.

- Toda la ciudad, excepto Pedro – Señala Clara, subiendo una ceja.

Pía súbitamente encuentra algo muy importante que ver en el piso.

Se acerca al papelito del suelo y lo bota en el cesto de la basura.

Clara sonríe.

No tiene edad para ser la madre de Pía, pero seguro tiene muchos años más vividos que ella, y la conoce lo suficiente.

Ella podrá decirse a sí misma lo que quiera y poner todas las excusas que se le ocurran, pero las dos saben que quería ver a ese chico, y ahora está enojada porque él no ha vuelto a ir al mirador.

Sobre todo, está enojada porque Samuel tuvo la mala idea de informarle que ese miércoles de la visita a la galería, tres semanas atrás, Pedro la esperó pacientemente por una hora y treintena y seis minutos antes de irse.

- ¿Hasta cuando vas a estar enfadada por eso? De seguro no tardará en ir. Nadie se resiste a algo tanto tiempo – Indica Clara, aunque solo está viendo la espalda de Pía, porque la chica no está dando la cara.

- ¿Podemos dejar de hablar de él? Ni siquiera lo conozco – Farfulla Pía.

- Escuché como 30 minutos de conversación sobre su sonrisa – Señala Clara.

- Tiene una sonrisa muy bonita, la vi aquella vez que vino – Mete la cuchara Sara, mientras viene a dejar una pila de papeles en el mesón.

- ¡Oigan, dejen de chismorreos! – Les grita Samuel desde afuera de la oficina de Clara – No es justo que solo yo esté limpiando.

- ¡Qué ya vamos, es que eres un pesado tío! – responde Maria, que solo trabajo allí los fines de semana. Pero se levanta dando pequeños saltitos por todo el lugar.

- ¿Qué le pasa a esta? – Pregunta Susana, mientras va dónde Samuel para ayudarlo a limpiar y que se deje de quejar.

- Aún no me lo puedo creer, ¡Ferran Torres estuvo aquí! – Exclama María con los dientes apretados, claramente dando lo mejor de sí misma para no ponerse a gritar.

- ¿Ese es el tío al que Clara te hizo tomarle una foto para conseguir una publicidad gratis? – Consulta Susana.

Ella asiento toda risueña.

- ¿Es como muy famoso? – Pregunta Clara.

- ¡ES UN JUGADOR DEL BARÇA! - Le grita María agarrándola por los hombres y sacudíendola, como si con eso pudiera hacerla entender - Y además, vino con su novia que es toda una influencer en Instagram.

A la orilla del mar | Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora