11. Vicio

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Cocaína para trabajar porque mi curro me lo exige

Tabaquismo, propaganda, religiones, violaciones, suma y sigue

Comprar y comprar diciendo que responde a una necesidad

(Vicio - Reincidentes)

Ya casi se acerca la semana de la prevención del consumo de drogas, algo que normalmente divierte a Pía.

Va a hablar en varios lugares todas las mañanas hasta que llegué el día, y desde que entró a Narcóticos Anónimos, o NA, este evento le genera ilusión.

Le gustaría que alguien le hubiera advertido algo al respecto en su tiempo, más allá de consejos estereotipados de maestros que a lo mucho se habrán fumado un porro en su vida, y no tienen ni idea de lo que implica volverse adicto.

Sobre todo, no tienen idea de lo que significa salir, y el hecho de que la lucha no acaba jamás.

Se mira en el espejo retrovisor de su auto, y por un segundo se distrae admirando sus pecas.

No le encantan sus pecas.

Excepto porque, justo ahora mientras las mira, piensa en Pedri describiéndolas como granitos de arena cerca del mar, y el recuerdo la hace sonreír por un segundo antes de que recuerde cómo terminó todo el pasado lunes.

Hoy es viernes, y no hay rastro de él.

Su encuentro sería mañana. Y habrían tenido su segunda cita, si ella no fuese una maldita idiota.

Todavía le quedan unos minutos antes de su charla, así que saca el celular de su bolsa y abre Instagram. Entra ociosamente a la cuenta de él y curiosea sus fotos, lo que es una tontería porque tiene tan pocas que ya casi se las sabe de memoria. Va a sus mensajes privados, que por supuesto no han sido abiertos.

El hecho de no haberle pedido su número solo se suma a la pila de estupideces de su parte esa noche.

PiaKopklowitz: Lo siento.

PiaKopklowitz: Ni siquiera sé que decirte. ¿Me crees si te digo que esto tiene una explicación, y no tiene nada que ver con que haya querido rechazarte conscientemente?
Me siento una idiota por lo que hice.
¿Podemos hablar?

PiaKopklowitz: Pero si no quieres, está bien. Solo lo siento mucho.

Ella sabe que no usa muy seguido sus redes, así que está tratando de no tomarse personal el hecho de que sus mensajes hayan sido ignorados. Puede que no los haya visto.

O puede que sí, y solo no tiene ganas de responderle luego de que ella lo rechazara.

Lo que si sabe es que, aún si eso lo hace ver como una loca arrastrada, va a intentar contactarlo hasta que uno de los dos se canse, y no va a ser ella.

PiaKoplowitz: ¿Qué tengo que hacer para convencerte de darme una oportunidad?

PiaKoplowitz: Solo quiero verte otra vez. Esta historia no se puede acabar así, Pedro Emiliano.

Se queda mirando sus mensajes estúpidamente, como si por arte de magia él fuera a conectarse solo por la fuerza de su mente.

Pero se le hace tarde, y el show debe continuar, incluso si ella no quiere que continúe sin él.

Se baja del auto y va al salón que le asignaron. A Clara le gusta enviarla a los colegios de clase alta, mientras que el resto va a los públicos. Clara le dice que es su tipo de gente, y que se va a entender con ellos, a lo que Pía solo hace una mueca, aunque sabe que tiene razón. Highlands School Barcelona queda algo cerca del colegio al cual solía asistir y del que en su tiempo fue la abeja reina, pero el ambiente es parecido. Incluso a pesar de los uniformes, los niños se ven prolijos y bien cuidados, con dientes con ortodoncias y pieles tersas que hablan de los privilegios de sus familias.

A la orilla del mar | Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora