- ¡Que sii, que ya he cogido las gafas de sol! - dije, harta de Marta, mi compañera de piso.
- Como se te olvide algo, ajo y agua - me contestó ella.
- Bueno, me voy. Adiós!.
- Adiós guapa, pásatelo bien!
- Te quiero muchísimo.
- Y yo a tí, cerda.Cuando cerré la puerta, me sentí un poco más libre, un sentimiento que me hacia mucha falta. Bajé las escaleras, cautelosamente, ya que el ascensor de mi piso estaba roto. Cuando por fin salí a la calle, eran las cinco de la tarde, y tenía el tren a las seis; por suerte, la estación estaba a 10 minutos andando.
Tras 10 minutos, llegué a la estación y hacía un calor de muerte. Menos mal, que me había puesto un outfit muy sexy y fresquito, de los que se les pone la polla dura a los hombres.
Se que yo voy provocando, pero me gusta provocar y causar placer, que quieres que te diga, soy muy generosa, y más cuando causar placer a otros también me lo causa a mí.
El tren se pone en marcha y yo me pongo mis cascos, para ver porno en el móvil, necesito ponerme cachonda, porque ahora me voy a poner en acción.Ahora estoy sentada en mi asiento del tren y hay un señor de unos 35 años (está muy pero que muy bueno) mirándome las tetas y mis bragas rojas de encaje, que están un poco a la vista.
Le miro, y levanta sus ojos de mis grandes y redondos pechos, me muerdo el labio (muy sensualmente) para provocarle y le guiño el ojo.
Como veo que le pongo muy cachondo y me levanto un poco el vestido, dejando al aire mis muslos interiores, luego le miro el pantalón, y veo que está muy pero que muy excitado.
Me levanto, y moviendo las caderas y el culo, me voy en dirección al baño. Cuando estoy pasando por el lado, hago como que me tropiezo y apoyo mi mano en su polla, y mientras se la aprieto, le susurro al oido con mi voz más sensual "fóllame".Entro en el baño, y me asomo por la puerta para asegurar que está viniendo hacía aquí. Entra en el baño, y empieza la acción.