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Bill.
—Tomen todo menos esos bocadillos, chicos —notifica Eddie mientras asaltamos los cajones de su cocina— Le encantan a mi mamá.
Entre Richie y yo guardamos varias cosas en nuestras mochilas mientras Lana y Eddie nos observan, ella comiéndose unos malvaviscos que tomó luego de pedirle permiso a Eddie.
—Oye, primero dijiste los baldíos, ahora la alcantarilla —se queja el asmático.
—No estoy preparada psicológicamente para pasear por agua de mierda —comenta Lana con la boca llena de malvavisco.
—No hables con la boca llena, es asqueroso —refuta Ed provocando que la pelimarrón ruede los ojos, luego me mira de nuevo— ¿Qué tal si nos atrapan?
—No lo harán Eds —aseguro girando a verlo— Las alcantarillas son lugares pu-públicos, somos el público ¿No?
—Bien dicho tartaja —me felicita Lana hablando de nuevo con la boca llena.
—Lana —se queja el asmático.
—Si no te gusta no veas y ya —se encoge de hombros la de cabello corto.
—Eddie ¿Estas son tus pastillas anticonceptivas? —cuestiona Richie observando un cajón lleno de diferentes medicamentos.
—Sí, las estoy reservando para tu hermana —rechista acercándose a cerrar el cajón— Son cosas privadas.
—Tensión sexual —murmura Lana en mi oído mientras ambos los observamos, giro a verla dándome cuenta que está muy cerca y dicha cercanía me pone muy nervioso, ella gira verme también y me sonríe achinando los ojos luego me da un beso en una de mis mejillas— Tienes las mejillas sonrojadas Bill.
Giro mi rostro para esconder el sonrojo y escucho su risa, cierro el cajón frente a mi y los cuatros nos dirigimos hacia la salida de la casa siendo detenidos en esta por la señora K.
—Eddie, cariño —nos detenemos y volteamos a verla— ¿A dónde van con tanta prisa?
—Eh, so-solo a mi patio, señora K —respondo acomodando la tira de mi mochila en mi hombro con nerviosismo— Tengo un nuevo...
—Un set de croquet nuevo —completa Lana por mi.
—Cielos, ¡Dilo de una vez Bi-Bill! —añade Richie.
—De acuerdo —acepta— Y cariño, no te revuelques en el césped, especialmente si está recién cortado, ya sabes como te afectan las alergias.
—Sí, mamá, vamos —nos murmura e intentamos salir pero de nuevo su voz nos detiene.
