Capitulo 3

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Capitulo 3

Llevaba semanas confeccionando aquel vestuario para Lady D, era para le fecha especial de ese sábado, la fiesta de aniversario del club, cumplía 5 años—El buro de la esquina—como lo había nombrado su propietario Blaise, quien también le dijo que al ser Lady D la estrella principal del sitio, debía dar un gran show para honrar esos 5 años que no eran poco realmente.

Los últimos días le había estado dando los últimos toques al vestuario, un vestido bellísimo, elegante y sensual, que dejaban ver sus puntos fuertes y tapaban con sofisticación los débiles. Combinando los colores negros y plata. El negro, acentuando sus curvas; el plata, resaltando sus ojos. El peinado, acompañaba perfectamente a la distinción del vestido, creado por sus propias manos, tenía los zapatos y el maquillaje adecuado.

Y en aquel último punto, encontraba un problema, el maquillaje de aquella noche, debía de ser perfecto y con la escasa luz del sitio no lo lograría. Blaise, había prometido hace meses cambiar la iluminación y nunca lo hacía.

Draco, sabía que debía maquillarse en su casa y partir así para el club, no era que le avergonzara salir de esa manera, solo temía que en el viaje el maquillaje se estropeara.

Mientras terminaba aquellos pequeños detalles del vestido, Draco, se permitía soñar, imaginaba su boutique, esa que deseaba tener llena de vestidos creados por él, soñaba con esa recepción de cuentos donde entraban sus clientas y él las atendía creándole en minutos su vestido soñado, el ideal para resaltar la belleza que toda mujer poseía. Él sabía que tenía las cualidades y magia en sus manos para hacerla brillar. Se permitía navegar en esa fantasía cada vez que creaba un diseño, tanto para su magnífica Lady D, la musa principal de sus diseños, como para algunas bailarinas, cumpleañeras y conocidas que en algún momento le dieron trabajo al pedirle diseñar un vestido.

A él le gustaba ver aquellos edificios a cuadras de su casa, esos que se comenzaban a levantar, a los meses estaban alquilados y de un día para otro aquella pila de ladrillos se convertía en el comienzo de un camino soñado para quienes invertían en abrir un negocio, le decepcionaba cuando a los meses este cerraba. Soñando que algún día abriría su propio negocio, su boutique, ver cerrar a otros e dejaba un gusto amargo... ¿y si el abría para cerrar en un futuro? Eran los pensamientos que le asustaban.

Pero estaban aquellos otros negocios que llevaban años y crecían, crecían en espacio y sucursales, le gustaba ver aquello.

Había visto aquel gimnasio, que no hace mucho habían inaugurado, poca gente visualizo las veces que paso por la puerta. Se veía agradable y con fuerza desde afuera, por lo que Draco esperaba que este creciera en clientes.

Dio por terminada su fantasía en aquella recepción soñada, cuando estuvo conforme con el vestido y lo guardo cuidadosamente para el próximo sábado que se acercaba entre las horas velozmente. No sentía nervios, estaba acostumbrado a exigirle a Lady D auto superarse en cada show y sabia que ese sábado daría un show sin limite a esa luz y alegría que desprendía solo Lady D.

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Sábado en la noche, lo único que Harry quería era llegar a su cama. Después de una semana llena de lucha para mantener el ánimo arriba, auto plagiar su sonrisa día a día y fingir que no sabía que era falsa, no podía tener energía para nada más. No quedaban energías en su interior. Estaba agotado.

Dormir era su objetivo, y quizás así podría soñar con una próxima buena semana. Porque tenía una lista de personas ya inscriptas, incluso algunas habían abonado por adelantado. Tenía la llamada de Viktor, la cual le animo, ya que aviso que ese lunes se inscribiría en su gimnasio, esperando un descuento, ya que llevaría a varios amigos, compañeros con él a inscribirse, le llevaría gente y Harry no podía estar más contento.

Lady DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora