Miércoles se encontraba escribiendo, cómo de costumbre mientras anochecía a través de aquél ventanal.
A sus espaldas, Enid daba vueltas por la habitación, ya vestida con su suave pijama rosa chillón, de vez en cuándo miraba a su compañera, tratando de averiguar cuánto tiempo le quedaría para terminar su novela.
Finalmente, Enid se tumbó en su cama, encendió el teléfono, y se puso a mirar las notificaciones de redes sociales. Mientras trataba de comentar una foto subida por su prima, notó un tacto frío sobre su hombro, se sobresaltó y se giró sorprendida al ver a Miércoles mirándole con esos ojos oscuros y brillantes que parecían tan perfectos en la tenue luz de la habitación.
– ¿Qué te pasa ahora Enid?
– No quiero dormirme
– ¿Por qué?
– Sigo teniendo pesadillas, pude haber muerto esa noche –esto último salió en forma de sollozo.
Miércoles aún se sentía tremendamente agradecida por lo que hizo Enid, casi se sentía culpable por las heridas que esto le causó.
Ined apoyó su mejilla sobre el regazo de su compañera, de repente esta tuvo el impulso de apartarse, pero no lo hizo, y en cambio, la rodeó con su brazo.
– Tyler ya no está
– Sabes que escapará, sabes que esto no ha terminado aquí, y además...
Ined se paró de repente, no le quedaba claro si debía continuar.
– ¿Qué pasa?
– No me gusta Ajax, y aún así estoy saliendo con él
– Si no quieres a nadie, simplemente déjalo
– Yo no he dicho que no me guste nadie... –susurró Ined con voz casi inaudible
Miércoles se sorprendió de esto, y al ver su reacción la chica no pudo evitar ruborizarse y evitar su mirada brillante que buscaba inquisitiva algo que no sabía bien si debía temer o desear.
Se produjo un silencio sepulcral, que ambas temían a romper.
– ¿Y entonces quién te gusta? –añadió Miércoles fingiendo un desinterés que escondía demasiados deseos
Enid no imaginó que esa conversación desembocaría en tal pregunta, y sin pensarlo, tan impulsiva como siempre gritó:
– ¡Tú!
La joven loba agarró a Miércoles por la barbilla, y le sostuvo la mirada mientras se volvían a inundar sus ojos, esperaba un rechazo, quizás un empujón, un silencio incómodo, o incluso sarcasmos.
Por su parte, la chica sombría que siempre había sido desapareció por unos instantes y por un segundo solo quedó esa sensación de electricidad recorriéndole todo el cuerpo. Sintió deseo, y justo cuándo su compañera con los ojos llorosos se iba a apartar, la sujetó de la cintura y la atrajo hacia sí acortando toda distancia existente, e inevitablemente sus labios se unieron.
Todo pasó muy rápido, tanto que la sorprendida Ined dejó escapar un exclamación que al sentirla tan cerca se convirtió en gemido.
Miércoles pudo sentir los labios húmedos de Ined junto a los suyos, un extraño sabor a miel demasiado melosa, pero en aquel momento le resultó adictivo, mezclado con su intenso perfume a vainilla que tanto había odiado en el pasado.
Ined se tumbó en la cama, atrayédola consigo, y allí se quedaron besándose y acariciándose hasta caer dormidas.
Esa fue su última noche antes de las vacaciones, tras las cuáles ninguna de las dos sabía que pasaría entre ellas.
Sin embargo, en aquellos precisos instantes, solo importaban sus dedos recorriéndoles el cuerpo, los gemidos de un placer tan nuevo e inexplorado, y por supuesto, los labios húmedos que firmaban cada tramo de su piel.
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Wenclair Love, sin ti no soy nada
FanfictionUn verdadero romance entre Miércoles y Enid, dos protagonistas, que deberían ser más que amigas...