3. Es demasiado hermosa

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Estuvimos un rato más sentados en el sofá con la pequeña en mis brazos, cuando de pronto alguien llamó a la puerta y sabíamos perfectamente de quien se trataba. Sirius se levantó enseguida y fue hacia la puerta para abrirle a Mia. Unos segundos después los dos aparecieron en la Sala y Mia me miró sorprendida.

—¿A quién dejaste embarazada idiota? —preguntó acercándose y yo le miré mal, mientras Sirius soltaba una carcajada.

—¿Es que acaso Sirius no te contó la situación? —ella dejó las cosas en el sillón y tomó con cuidado a Hope en brazos.

—Lo único que me dijo es que teníais un bebé y siendo Sirius no le creí, pero si traje lo que me pedisteis por qué lo que menos quiero es soportar el drama de Sirius.

—Mi drama es lo mejor que puedes presenciar en tu aburrida vida —habló Sirius indignado mientras Mia soltaba una risa viendo a Hope.

—Cállate y deja que admiré a este pequeño tesoro —susurró ella y yo sonreí como idiota al verlas.

—James, amor de mi vida, ¿me callas? —lo miré asqueado—. No hagas esa cara porque sé que lo estás deseando demasiado, así que no lo ocultes más. Ya sabes que siempre que quieras un beso mío puedes pedirlo.

—Cállate Canuto, no eres mi tipo —él me miró divertido viendo de reojo a Mia.

En ese momento quería matarlo, porque era insoportable y toca narices cuando quería. Tal vez tirarlo por la ventana arreglaría que no me metiera en líos.

—No sé que tramáis vosotros dos, pero pobre de la niña si es criada por vosotros. Sois un matrimonio demasiado inestable —bromeó Mia.

—Por la pequeña Hope me esfuerzo en ser mejor marido —le siguió el juego Sirius mientras los dos reían.

—Sois tan graciosos los dos —volteé los ojos mientras me levantaba y agarraba la bolsa para ir a la cocina, debía prepararle el biberón a la pequeña Hope porque sabía que en nada se despertaría para comer. Además, debía alimentarla bien para que no le pasara nada malo, no entendía como en pocas horas ella había logrado robarme el corazón.

Era un bebé demasiado adorable.

Tampoco sabía como actuar ante todo esto, pero lo estaba intentando hacer lo mejor posible.

Saqué todo de la bolsa y empecé a leer las instrucciones de la fórmula. 

Miré en la bolsa y vi que había varios biberones y chupetes. Agradecía demasiado a Mia que hubiera pensado en estas cosas.

Saqué todas las cosas y calenté el agua para poder dejar las cosas y limpiarlas bien. Una vez que las tuve listas, las sequé bien y las dejé en la mesa.

Me limpié bien las manos de nuevo y empecé a calentar el agua, así que una vez que se calentó, la dejé unos cinco minutos y puse la fórmula tal y como lo indicaba las dichosas instrucciones. Una vez que lo tuve todo cerré y apreté el comienzo de la tetina para mezclar bien la fórmula. Cuando creí que ya estaba puse unas gotas en mi mano para ver que no quemará. 

Justo cuando terminé todo, escuché el llanto de Hope. Así que salí con su biberón y vi como Mia intentaba calmarla.

—Déjamela anda —ella asintió y me la dio con cuidado, deje el biberón en la mesita y me senté para acomodar mejor a Hope. Agarré el biberón y empecé a darle de comer. La miré con una pequeña sonrisa viendo como empezaba a comer.

—¿Cómo diablos es que se te da tan bien esto? —miré a Sirius con una sonrisa.

—Ni tanto, estuve en la cocina leyendo las dichosas instrucciones y casi hago un desastre en la cocina, pero ya está limpia, así que todo perfecto.

Mia me regaló una sonrisa mientras Sirius volteaba los ojos divertido.

—Se nota James que tienes madera para ser padre —dijo Mia, a lo que sonreí viendo a Hope.

—¿Entonces nos la quedamos? —Mia le dio un golpe en la nuca a Sirius.

—Ni que fuera una mascota idiota —él le regaló una mala mirada a Mia mientras se acariciaba la zona donde Mia lo había golpeado.

—En mi defensa... No la tengo. Lo único claro que es quiero que nos quedemos a la pequeña Hope.

—¿Y en Hogwarts que haréis con la pequeña? —Sirius se calló y yo seguí mirando a Hope.

—Cuidarla, es obvio rubia —Mia volteó los ojos.

—Obvio, vamos con un bebé a las clases. Es un bebé, no un juguete, necesitará muchos cuidados y... Es que es tan adorable —Sirius y yo reímos.

Dejé el biberón en la mesita y me levanté con Hope en brazos para sacarle los gases, estuve unos minutos masajeando su espalda con cuidado, hasta que de pronto escuché la risa de Sirius y como Hope vomitaba un poco de leche.

—¿Qué paso Cornamenta? —lo miré mal.

—Sirius, ve a comprar pañales y haz algo útil, por favor —Mia le dio el dinero y lo sacó fuera de casa.

Ella se acercó a mí.

—Déjamela, y tú ve a ducharte y a cambiarte. Creo que en el bolso habrá algún pañal, en lo que el idiota trae más.

—¿Segura? —ella asintió con una gran sonrisa.

—Anda ve, yo cambiaré a la princesa —asentí y le di un beso en la mejilla para subir corriendo las escaleras para ir a mi habitación por ropa limpia y una toalla.

Una vez ya listo fui al baño y me duché lo más rápido que pude porque no quería dejar mucho rato a Mia con el bebé, no era su responsabilidad, así que quería ocuparme yo de Hope.

Cuando ya estuve listo bajé corriendo, aunque apuntó estuve de caerme por las escaleras. Una vez que llegué, pude ver a Mia dándome la espalda con Hope en brazos dormida.

Ella se dio la vuelta y me vio con una sonrisa.

—Es tan hermosa... Por Merlín, es un amor de niña... ¿Qué harás James? —susurró con una pequeña sonrisa.

Yo solté un pequeño suspiro viendo a la pequeña.

—No tengo ni idea Mia, lo único claro que tengo es que no quiero alejarme de su lado y eso que solo han pasado pocas horas. Es algo raro lo sé, pero es como si tuviera la responsabilidad de cuidarla, por algo supongo que la dejaron, porque no quiero pensar que la dejaron porque no la querían. Siento que hay más, pero lo que más me importa es la salud de Hope y si puedo hacer algo por ella, lo haré sin dudarlo... Joder que mal me estoy explicando.

—Claro que no, te entiendo perfectamente James —ella se acercó a mí con una pequeña sonrisa—. Lo entiendo y debo reconocer que lo que dices tiene bastante sentido, es solo mirarla y ya se te encoge el corazón. Si estuviera en tu lugar haría lo mismo.

—Quiero quedármela, sé que va a ser muy difícil, pero también sé que no será imposible. Así que quiero cuidarla —ella sonrió.

—Pues quiero que sepas que nunca estarás solo y la decisión que tomes nosotros te apoyaremos siempre, incluso si quieres adoptarla, nosotros estaremos para ti, para ayudarte en todo —sonreí viendo a Hope.

—Gracias Mia, y lo siento mucho por haberte molestado —ella negó viendo a Hope.

—No te disculpes James por eso, estoy encantada de ayudarte siempre. Así que sin importar nada, quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que sea —asentí.

—Gracias por todo.

—No agradezcas, me alegro de que hayas contado conmigo para esto, soy una persona muy afortunada por eso y por conocer a una pequeña princesa que me ha robado el corazón.

Los dos soltamos una carcajada.

Estaba demasiado convencido de la decisión y sabía que no habría vuelta atrás, pero no me importaba porque sabía que podría hacerlo y que tendría a gente increíble ayudándome siempre.

Little Prongs ||J.P||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora