Cap. 14: Fría noche 2/2

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Levi sintió cómo los labios del castaño se estampaban sobre los suyos con tanta fuerza que solo tuvo tiempo para contener la respiración y abrir los ojos lo más que podía. El sabor metálico de la sangre y el alcohol se coló por sus labios, mientras Eren intentaba darse paso entre sus labios y sus manos subían hasta tomar su suave y delicado rostro con mucha necesidad, apretándolo de las ardientes mejillas. El menor intento separarlo, pero ninguno de sus músculos le respondió.

- No quiero que vuelvas a sonreírle, odio que le sonrías y no lo vas a volver a hacer. - masculló Eren, deslizándose con rapidez hacia la tersa piel de su cuello. - Levi...

- ¿Q... qué?

- Eres tan ridículo y precioso que no sé qué mierda has venido a hacer conmigo.

Empezó a depositar húmedos besos sobre toda la extensión de su sudoroso cuello, mientras el muchacho se estremecía y ladeaba un tanto la cabeza; los latidos de su corazón le amenazaban con explotar y los nervios del momento le estaban comiendo toda la columna vertebral.

- No sabes con quién te estas metiendo. - escucho la voz de Eren junto a su oído, casi en un susurro. - Agradece que te estoy avisando, bonito, porque ya me has dado lástima y no deberías dármela...

- Eren, déjame curarte...

Los labios de Eren llegaron hasta su hombro y el menor intentó empujarlo con todas las fuerzas que le restaban, aunque le era imposible moverlo.

- Abre esos jodidos labios y déjame besarte. - Eren retuvo su rostro con más seguridad, aunque sus ojos estaban cerrados y la marea estaba a punto de hacer colapsar sus neuronas.

Levi cerró los ojos, mientras sus mejillas ardían de vergüenza. El agarre de Eren en su rostro se hizo más leve, más suave.

- Sí, tú puedes besarme cuando gustes, pero tengo que curarte primero, déjame hacerlo, por favor...

Escuchó cómo el otro se reía a carcajadas secas de nuevo y se lanzaba sobre sus labios.

- Me pones, Levi, me pones mucho. - indico contra ellos y de repente, se quedó inmóvil.

El menor abrió los ojos poco a poco y notó como la respiración de Eren se hacía cada vez más pausada sobre su pequeño cuerpo. Estaba durmiendo, lo tomó de los hombros con temblorosas manos y empezó a levantarse, haciéndolo con dificultad. El cuerpo de Eren cayó totalmente sobre la cama y Levi se le quedo mirando con cariño, entrecerrando sus ojos para que sus pupilas se dilatasen y se acostumbrasen a la oscuridad.

De pronto, todo el miedo que había sentido hace algunos minutos desapareció por completo, aunque la preocupación todavía seguía latente en su corazón. Estornudó y se movió rápidamente hasta la sala de estar, buscando el botiquín de primeros auxilios en todos los lugares posibles.

- ¿Dónde estás? ¿Dónde estás?

Sus manos se pasearon por todas las paredes y luego regresó corriendo a su habitación, sacando una de sus camisetas de su bolso y metiéndose en el baño para humedecerla de agua fría. Cuando la tela estuvo totalmente húmeda, la presionó entre sus manos y la llevó hasta la cama, intentando girar el cuerpo de Eren con todas sus fuerzas. Cuando el cuerpo se giró un poco, empezó a pasar su camiseta suavemente sobre su rostro, dando toques en los lugares que estaban heridos y deteniéndose solo para separar su cabello de su inflamada frente con suavidad.

Aunque el olor a alcohol había llenado toda la habitación, a Levi no le interesaba.

Sentía que Eren era lo más valioso que tenía y el miedo de herirlo de alguna forma mientras pasaba la tela de su camiseta sobre su rostro y su cuello le aceleraba más el corazón. Sonrió y volvió a acomodarle el cabello con la misma delicadeza de siempre, casi acariciando su rostro con las puntas de sus dedos.

No entendía cómo alguien tan perfecto como Eren Jaeger podía haberse fijado en él, pero le agitaba el corazón de alegría el simple hecho de pensarlo. Su primer novio, Eren Jaeger.

Se movió rápidamente hacia el otro extremo de la cama y tomó la almohada, colocándosela detrás de su cabeza para luego cubrirlo con todo el enorme edredón y continuar acariciándole la cabeza.

Se mantuvo observándolo durante muchos minutos hasta que Eren se levantó de golpe y se lanzó contra una pared, tocándose la cabeza con ambas manos.

- Mierda. - gritó con el rostro fruncido en una mueca de asco. - El baño, joder, el baño.

Se alarmó de inmediato, Eren había ingresado al baño y estaba tosiendo con la voz más ronca que nunca, soltando maldiciones de vez en cuando. El sonido del vómito llegó mucho después y el menor abrió los labios, aterrorizado.

- ¿Puedo entrar?

La tos se volvió a escuchar y después de diez minutos, Eren salió como alma que se lleva el diablo, lanzándose a la cama nuevamente.

- ¿Te sientes bien o quieres que haga algo?

Levi no obtuvo respuesta, así que lo único que le quedo fue continuar pasando sus finos dedos sobre su cabeza y sentarse junto a la cama, recostándose sobre el frio lateral. No contó cuántos minutos transcurrieron, pero cuando abrió los ojos de nuevo, la oscuridad era más notoria.

Se acurrucó mucho más y continuó acariciándole la cabeza, decidiéndose a no cerrar los ojos hasta que el sol apareciese de nuevo. Sentía que el sueño lo vencía, pero no podía atreverse a quedarse dormido; no con Eren necesitándolo en cualquier momento. Cuando la luz del dormitorio empezó a aclararse, sus ojos empezaron a cerrarse, aunque terminaron por abrirse de golpe cuando noto que los esmeraldas ojos de Eren lo miraban también.

- Buenos días, cariño. – susurró con una pequeña sonrisa en el rostro.

Eren se lo quedó mirando durante tres minutos sin sonreír ni moverse. Sentía diferentes ideas mezclándose en su dormida mente; muchas de ellas le gritaban que se levantase y lo golpease hasta que dejase de sonreír de ese modo y otras, que lo tomase y lo follase con tanta fuerza hasta que anochezca de nuevo.

Pero se maldijo internamente cuando lo único que hizo fue sonreírle de vuelta.

Inocencia Pasional - Ereri (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora