on what charges?

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Creo que jamás había visto tanta lluvia en mis 26 años de vida. Todos los invitados se habían ido hacía ya mucho tiempo. Mi padre estaba buscando a Will porque nos extrañaba que no estuviera allí. Estaba recostada en un pilar mirando a mi hermana la cual tenía los ojos llenos de lágrimas. Me partía el corazón verla de ese modo y haría lo posible por que se sintiera la persona más dichosa del mundo. Porque eso se merecía, toda la felicidad junto al hombre que ama.

-Lizzie deberías por lo menos resguardarte de la lluvia- me acerque a ella, dando grandes zancadas.

De repente escuchamos un ruido de puertas abriéndose. Las dos rápidamente giramos las cabezas. Will entró, pero esposado y con una decena de guardias detrás de él. Mi hermana echó a correr y yo me temí lo peor.

- Will...- suspiró mientras se acercaba, aferrándose a su chaqueta- ¿Que está pasando?-.

- No lo sé- respondió de inmediato- estás hermosa- continuó, mi hermana sonrió triste, con lágrimas en sus bellos ojos.

Decidí dejar de escuchar pues la conversación era íntima. Además los pasos de alguien me llamaron más la atención. Mi padre llegó a la escena y ordenó que pararan todo.

-Gobernador Swann, cuánto tiempo...- se dio la vuelta el hombre misterioso. De misterioso no tenia nada, ya lo conocía, intenté esconderme lo máximo que pude entre las personas allí reunidas. Si me reconocía estaba perdida

-¿Beckett?- contestó confuso mi padre.

-Lord Beckett-.

Finalmente dejaron a mi padre pasar, quien intento defender a William. Pero claramente Beckett si tenía motivo y le pasó la orden de arresto de Will.

- Ésta es contra Eco Swann- expresó mi padre en voz alta. Yo simplemente cerré mis ojos viendo todo mi mundo derrumbarse.

-¡Ay pues tiene toda la razón! Arrestadla- ordenó rápidamente mientras yo veía como dos guardias me sujetaban con los brazos.

-Veamos ... No, esta es contra Elizabeth. Arréstenla también- continuó el Lord.

-¿Con qué cargos?- exigimos Lizzie y yo al mismo tiempo, mientras Will gritaba. Sacó otra carta para Norrington pero mi padre le explicó que no se encontraba con nosotros.

-¡Lord Beckett! En la categoría de preguntas no contestadas... -comenzó Will llamado la atención del de peluca.

-Estamos bajo la jurisdicción del gobernador del rey...- continuó mi hermana dejando ver su furia y carácter.

-Usted nos dirá de que se nos está acusando.- dije con una calma peligrosa y una ceja alzada.

Mi padre leyó en la carta que nos acusaban por liberar a un prisionero acusado de crímenes contra el Imperio y condenado a muerte. Lord Beckett terminó por mi padre al él no ser capaz de continuar con la lectura.

-Me imagino que recordaréis a un pirata llamado Jack Sparrow-. Se acercó a nosotros

-Capitán- dijimos los tres a la vez.

-Me imagine que lo recordaríais- nos miró uno a uno hasta detenerse en mí- sobretodo tu señorita Eco. ¿Le importaría leer los cargos con los que se acusa a su primogénita, Gobernador Swann?- ahí fue cuando supe que todo lo que tanto me había costado construir se terminaría.

-Ademas de lo antes nombrado... eh... se te acusa por hurto a mano armada en la casa real...- mi padre me miro sin creer lo que acaba de leer, pude leer todo su decepción con solo verle a los ojos. Sentí ganas de tirarme en el suelo y llorar.

-Esos cargos fueron disueltos hace casi 3 años- contrargumente ignorando las miradas de mis amigos y padre.

-Lo estaba, hasta que un testigo quiso contar la verdad. Usted no delató a ningún criminal y además ayudó a entrar en la residencia real. Y ya es la segunda vez que comete un delito con el mismo hombre- me dijo con sarcasmo, disfrutando de la situación. Agache la cabeza, lo odie con toda mi alma pero no podía hacer nada.

Nos llevaron esposados a los tres a los calabozos de Port Royal. Ninguno de mis dos amigos me hablaron en el trayecto y sabía que me lo merecía. Pero aún así dolió en el alma.

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Pasaron varios días y Will consiguió hablar con Beckett. A mi y a Lizzie nos metieron en la misma celda, y nos alejamos todo lo que pudimos de los hombres de las otras. Luego de insistir mucho tiempo, conseguí establecer una conversación con mi hermana.

-No es lo mismo, me lo contaste a medias Eco-.

-Es difícil para mi, no por lo que hice, si no por como consiguió manipularme para conseguir lo que quería- la miré intentando que me perdonara- Que consiguiera que lo siguiera porque estaba enamorada de él, eso es lo que más me cuesta- No quería llorar pero se me estaba haciendo difícil, más cuando Lizzie me miraba de esa manera, decepcionada- Se que es mi culpa, que tendría que haber parado pero ya no puedo hacer nada...-.

-No me importa lo que hiciste, me importa que no me lo contaras. Que está es la segunda vez que descubro algo de ti que no sabía- me cortó ella.

Cuando iba a contestarle, Will llegó corriendo y cogió la mano de mi hermana. Yo me quede detrás observando, seguía manteniendo la ley de hielo contra mi. Le explicó que necesitaba la brújula de Jack, pero rápidamente mi padre se negó.

-Que tú vayas a sacrificar tu vida por él, no significa que él lo haga por nadie más- argumentó mi padre, acto seguido me miro a mi- por nadie, Eco- agaché la mirada completamente avergonzada. Se fue a buscar al perro de las llaves.

Mientras tanto Will y Elizabeth continuaron hablando del plan. Will estaba convencido en ir a buscar a Sparrow. Se me encendieron todas las bombillas.

-Iré contigo- me miraron los dos rápidamente- mis cargos son insalvables, Beckett ni siquiera me menciono en ese acuerdo. No tengo nada que perder- Will me miro con desconfianza, me dolió en lo más profundo de mi ser pero me lo merecía- se que ahora mismo soy la última persona con la que quieres hacer esto, pero conozco a Jack mejor que tú. Por favor William, te prometo que te explicaré todo-.

-Tus promesas son inválidas para mí- me atacó Will, escupiendo veneno.

-Will- le reprendió Elizabeth- tiene razón, le conoce mejor y se maneja bien entre piratas- se giró para mirarme y darme una pequeña sonrisa- yo confío en ti- se lo agradecí en voz bajita y ella asintió con la cabeza.

Miré a Will, este me miró. Mi padre encontró al perro de las llaves y me ayudó a salir de esa celda.

-Hija mía...- susurró apoyando sus manos en mis hombros- se inteligente amor mío, no vuelvas aquí, mantente fuera de Port Royal. Te deseo lo mejor- termino dándome un beso en la frente.

Eso significó todo para mi nunca había tenido una relación cercana con mi padre. Seguí a William fuera de los calabozos y nos enzarzamos en su busca.

Llegamos rápidamente a Tortuga y un pirata que encontramos nos confesó que, en una isla donde él intercambiaba especias, fue divisado un barco de velas negras. Will y yo nos miramos. Allí nos dirigiríamos.

















Primer capítulo me muero viva viva

Piratas del caribe: El cofre del hombre muerto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora