Chapitre 3: Correspondance

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La familia real regresó a Dragonstone mucho más tarde que la vida pasada de Lucerys, ambas familias tenían cosas que resolver y el rey Viserys no dejaría que nadie se fuera hasta que el asunto se resolviera y calmara. 

Tal vez fue por su valentía para enfrentar el cuchillo, o porque él instigó el cambio en primer lugar, no estaba seguro.

Por primera vez, su abuelo permitió que sus hermanas tuvieran la oportunidad de conocer a Helaena, quien parecía extrañamente abierta a las hijas de su, por ahora, tío Daemon, sonreían más a menudo cuando se reunían en su pequeño círculo junto al fuego mientras les mostraba sus especímenes para su salvaje fascinación.

Sin embargo, a veces podía ver a su tía mirándolo de cerca con una mirada curiosa pero sabia en sus ojos violetas y también le brindaba pequeñas sonrisas.

Aún así, a él y Aemond solo se les permitía estar cerca el uno del otro en muy pocas ocasiones, Lucerys pensó que tenía que ser por lo sucedido, decidieron ser cautelosos y darle tiempo al príncipe dragón para recuperarse de su herida. 

Aunque, en esos raros momentos, el príncipe más joven caminaba a su lado, y paseaban por los pasillos en un tranquilo silencio, su tío rara vez le hablaba de lo que había ocurrido en la playa frente a Vhagar, pero se percató que su estado de ánimo cambió a algo más agradable.

Incluso se podía ver a Jace y Aegon juntos hablando de las veces que hacían esta broma u otra.

El último día que la familia real se quedó en Driftmark, Lucerys fue a Aemond con una petición bastante extraña.

"¿Deseas mantener correspondencia conmigo?", Aemond preguntó con una curiosa inclinación en su cabeza, Lucerys no pudo evitar sonreír ante el gesto, era tan muy Aemond.

"Pensé que tal vez eso podría ser parte de mi pago, te escribiría cartas", dijo tímidamente.

Aemond tarareó un poco antes de girar sobre sus talones para caminar hacia su habitación, el chico más joven pensó que tal vez era una petición demasiado extraña, pero se sorprendió al escuchar su respuesta.

"Solo si me escribes en Alto Valyrio, los Dioses saben que necesitarás la práctica", una ligera sonrisa se posó en sus labios.

La luz en los ojos de Lucerys brilló, estaba contento.

El día después de que el rey y su familia dejaran atrás Driftmark, Laenor Velaryon fue encontrado muerto en la chimenea, su cuerpo era una cáscara quemada, era irreconocible, días después, su madre se casó con su, ahora, padre Daemon según las tradiciones de la antigua Valyria. 

Habiendo pasado por esto antes una vez, Luke no lloró por su padre, se encontraba de pie junto a Jace y sus dos nuevas hermanas. En cambio, se permitió observar la felicidad pura que su madre tenía en su expresión mientras compartía sus votos con alguien a quien parecía adorar.

Lucerys se preguntó cómo se sentiría ser visto de esa manera.

Una vez que la familia regresó a su casa, Lucerys ya estaba en su escritorio con una pluma y un pergamino, dispuesto a escribirle a su tío, afortunadamente, su Alto Valyrio es mucho mejor que su vida pasada y sabía que podía dedicarse a sus estudios con más dedicación.

"Querido Aemond,

¿Cómo fue tu viaje de regreso a la Fortaleza Roja?, espero que haya sido tranquilo y agradable.

Probablemente ya hayas escuchado la noticia del fallecimiento de mi padre, fue un golpe duro, pero no derramé lágrimas, debo mirar hacia adelante y convertirme en el señor que estoy destinado a ser.

Rueda del tiempo y de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora