𝖨𝗇𝗌𝗎𝗉𝖾𝗋𝖺𝖻𝗅𝖾𝗌. || 𝖤𝗆𝗂𝗅𝗂𝖺𝗇𝗈 𝖬𝖺𝗋𝗍𝗂𝗇𝖾𝗓. Ⓒ︎

Episodio veinte.

El final de una etapa.

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Llego por fin el día no deseado por nadie, el día en el que todos deberían ir por distintos caminos, porque... Nada es para siempre, ¿no?

Se tomarían caminos con destinos nada parecidos, el cual, deberá de asesorar una pareja e hijos sí o sí.

Pasaban los días, eran risas y momentos únicos el cual podías decir :espero que esto dure para siempre", pero como siempre, son simples palabras.

Ese día, esa hora, ese mismo momento, todo cambió para Emiliano y Martina, un momento en el cual, hubo una discusión, por medio de mentiras y rumores, todo eso acabó.

Martina se tendría que dirigir a su ligar nativo, donde nació y crió. Emiliano se quedó en Mar Del Plata, conviviendo con sus papás, lastimado plenamente por la ruptura.

Diarios, noticias, relatos, información, carteles, de todo. Cada uno asimilaba la situación de la "pareja perfecta", hecho que no fue así.

Días de lluvia, días de angustia, días de sufrimiento. No podían dejarse de amar, no lo aceptaban, no querían separase del uno al otro.

Entiendo que estés en completa confusión al leer esto, como... ¿Desde cuándo? ¿Qué pasó? ¿Ya no volverán a ser los mismos? O, planear cosas como... "Matemos a la escritora" "No me hagas esto, no puede terminar así"

Para que entiendas el contexto, viajemos al día del caos, el día que nunca tuvo que existir, el bendito 3 de enero.

Flash Back.

- ¡Hola, amor! -mencioné pero no recibí respuesta-

- ¿Gordo?
¿Amoooor...?
¿Dónde rayos estás? -pregunte aún más intrigada a lo que subí las escaleras-

- ¿¡QUÉ MIERDA...!?

Y ahí le dio el toque, fue cuando pude derrumbarme o pegarle una sola cachetada, pero... Mi cuerpo no reaccionó.

Emiliano abrazaba y besaba a una chica, una irreconocible rubia o extra conocible.

La miré a los ojos, vi esa expresión de venganza y rencor, algo que nunca había visto en sus ojos.

Emiliano sonreía, una sonrisa de esas cuando piensas que te salio a la perfección todo, de esas.

Mi cara era inexplicable, quería llorar o simplemente agarrar a dicha mujer y matarla, no lo podía creer.