Café Con Leche [GiyuTan]

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Titulo: Lluvia.

“Las cosas que te gustan, pueden ser muchas, tal vez tengas gustos raros, únicos o diferente a lo común. Pero eso no te hace menos humano.”

Las gotas frías que caían del cielo hacían un sonido reconfortante para el pequeño niño azabache, él cual estaba escondido en uno de los tantos juegos del parque en el que estaba.

Se avía ocultado hay por la tormenta, la cual parecía que no pararía hasta un buen rato, aun así, con frio y todo, no podía evitar apreciarla desde algunos huecos del mismo juego de donde estaba refugiado.

El agua caía desde el cielo, humedecía la tierra y en algunas partes hacia recorridos de pequeños ríos de agua, la cual seguía un camino infinito para luego perderse. Los charcos ahora más grandes que antes, se movían con las caídas de las gotas al chocar y hacer ondas, las cuales se movían sin parar por la rapidez y continua caída de agua.

El cielo estaba nublado, nubes negras, grises y hasta algo azules se podían apreciar, soltando lagrimas con el paso de los segundos. Podía mirar por la lejanía como gracias a la lluvia se hacia una pequeña neblina, dejando a algunos arboles ocultos y otros difuminados. Los arboles se mecen con el viento y mojados por la tormenta, algunos se aferran al suelo que los sostiene con raíces gruesas y finas por todo el suelo de tierra. Olor a pasto mojado, humedad, le encantaba.

Inconsientemente, antes de que lloviera se daba cuenta, sentía un olor a humedad y luego de eso siempre empezaba a llover. Por ello aprovecho para ocultarse allí y poder ver la caída de esta, le encantaba, pero su hermana no le permitía salir a jugar o mirar la tormenta como a él le gusta, por que se enfermaría. Pero se cansó de mirar por la ventana cerrada, en su cuarto solitario y hasta aveces se empañaba la misma ventana, la cual impedía ver el hermoso espectáculo de agua. Así que por esta vez desobedecería a su hermana con algo.

Oculto entre los tubos del juego, miraba con unos ojitos anhelantes y brillantes de la hermosa vista, él olor de la humedad era más fuerte que antes. Podía ver como de las hojas de los arboles, caían gotas que se acumulaban en ellas al estar mojadas. También escuchaba a un pajarito a la lejanía soltar un pequeño cantario, de seguro en espera de su madre o algo parecido.

Si, difinitivamente apreciar la tormenta era una de sus actividades favoritas, ya que era algo que no pasaba seguido, siempre era en ciertas temporadas y al estar en otoño, era un poco más constante el suceso natural.

Tomioka Giyuu, era un pequeño niño solitario, apenas tenia dos amiguitos en su escuela, los cuáles se iban a dirección contraria a la de él para ir a casa.

Eso se podría decir que le deprimía un poco, a él le gustaba estar en compañía de sus dos amigos, pero tampoco podía ser egoísta. Aveces le gustaría compartir este gusto que tiene con sus amigos, pero siempre se termina olvidando y al final del día siempre se acuerda de que se olvido contarles.