Mystery of Love — Sufjan Stevens.
Leo y Emiliano se habían conocido en el colegio. Leo era el alumno nuevo, el callado, se sentaba al fondo y no quería llamar la atención, su vida era un caos afuera con sus padres divorciados, y quería estar en el colegio lo más tranquilo posible.
Emiliano también se sentaba al fondo, pero por motivos totalmente contrarios a los del jóven Leo; Emi era su opuesto, hablaba fuerte, siempre con una sonrisa en su rostro, era gracioso, comprador, chamuyero. Con él no había punto medio, o te caía terrible o eras su mejor amigo. Leo había decidido que le caía bien Martínez, pero no se animaba a hablar con él por el miedo de que lo trate raro o se burle de él, como tantos otros chicos de su escuela habían hecho antes.“Uh, este profe es el más goma” Leo levantó la cabeza rápido cuando sintió la voz de Emiliano muy cerca, de inmediato se encontró con esos grandes ojos marrones que brillaban y esa sonrisa divertida. “¿Qué dibujas?” sin que Leo le diera permiso de ver su dibujo, Emiliano toma la hoja y alza las cejas con sorpresa, era un personaje del anime Dragon Ball Z, que estaba muy bien dibujado cabe resaltar. “¡Que zarpado!” exclama y Leo se quiere esconder tres metros bajo tierra porque Emiliano llamaba la atención de unos cuantos pares de ojos, tanto chicas como chicos.
“¿Te gusta?” pregunta con una mueca, ve como Emiliano no deja de ver el dibujo desde todos los ángulos y le da gracia y ternura.
“Fa, está buenísimo. ¿Me lo regalas?” su rostro era el de un cachorro que quiere enternecer a su dueño, y Leo estaba más que enternecido.
Así había empezado la amistad de los dos. Leo lo empezaba a ver en todos los recreos, y Emiliano a él, lo saludaba con fraternidad, lo abrazaba y siempre hablaba de muchas cosas a la vez a las que Leo intentaba poner atención. No pasaban tanto tiempo juntos como les gustaría porque Emiliano tenía su grupo de amigos a los que Leo no estaba tan interesado en conocer, había recibido varias miradas y susurros de burla cuando pasaba cerca de ellos. Leo no entendía como Emiliano encajaba con ellos, incluso llegó a pensar que Martínez se estaba burlando de él fingiendo ser su amigo.
Un día, Leo estaba muy tranquilo dibujando mientras se comía un sándwich que su papá le había hecho.
Siente que un gran peso se sienta en la mesa frente a él y se deja caer sobre la misma, no tiene que levantar la cabeza para saber quien es.“Hola Leito” Emiliano tenía la costumbre de saludarlo y revolverle el cabello con las manos de forma cariñosa. “Estas fachero hoy” Leo se pone colorado y Emi lo mira con una sonrisa de oreja a oreja, sintiendo un leve calorcito en su cara también.
“¿Estás bien?” pregunta Leo porque lo conoce y lo ve desanimado. “No estás con tus amigos como siempre” ahí es cuando Emi hace una mueca de incomodidad.
“Si... bueno, es que no me junto más con ellos” se rasca la nuca y mira para otro lado. “Casi me cago a palos con uno” confiesa y se ríe. Leo abre los ojos en grande.
“¿Qué? Estas re loco Dibu” le dice el cariñoso apodo que Emiliano le dió permiso de usar. “¿Por qué?”
Emiliano duda por un momento, lo mira a los ojos pero Leo no aguanta mucho hacer contacto visual y vuelve la vista a su dibujo.
“Porque dijeron algo feo de vos” dice sincero, Leo aprieta el lápiz contra la hoja con tanta fuerza que le rompe la punta. Su cara no da más de colorada.
Esa no fue la última vez que Emiliano defendió a Leo, luego de eso se volvió una de las costumbres más lindas. Ya nadie se atrevía a burlarse de Leo cuando caminaba por los pasillos de la escuela, porque atrás siempre iba Martínez con cara de pocos amigos, hasta que alguien lo saludaba y ponía su típica sonrisa, incapaz de luchar contra sus impulsos de simpatía nata.
Leo no se quejaba, le gustaba como los dos complementaban al otro. Cuando Emi se iba mucho de tema, siempre estaba Leo para pararlo y decirle que quizá no era para tanto, que tenía que pensar en frío. Y cuando Leo estaba dispuesto a dejar que se burlen de él con tan de no provocar ningún conflicto, ahí estaba Emiliano para provocarlos con gusto.
Quizá la gente no entienda esa dupla tan diferente, pero ellos nunca de aburrían del otro, podían estar en silencio, hablando por horas, enojados con el otro, pero siempre pegados.Leo no veía nada de malo con eso, eran amigos.
“¿Y vos y Emi que onda?” pregunta Angelito mientras practican tiro libre. Leo lo mira sin entender la pregunta, su delgado amigo lo mira y se caga de risa. “Dale Leito, ¿no te diste cuenta?” el castaño niega con la cabeza y patea con fuerza.
“¿De qué habla' boludo?”
Angel patea y lo mira con cara de ‘¿en serio sos tan boludo?’
“De como te mira Emi, te cuida como a nadie...” Leo se pone tan nervioso que patea y falla como nunca, Angel sonríe porque lo sabe. Lo supo.
“No, no” niega el castaño y pone sus manos en sus rodillas para descansar. “El Emi y yo somo' amigo', nada más” Angelito hace el amague de volver a decir algo pero Leo lo corta. “No quiero hablar más de eso” le dice con seriedad. Su amigo suspira y niega varias veces, dándose por vencido con esa causa perdida.
El día del cumpleaños de Emi, Leo decidió que era una buen idea invitarlo a su casa. No le había preguntado a su padre porque no quería que se ponga cargoso como siempre, no se iba a enterar, saldrían silenciosamente por la mañana.
Algo en lo que habían fallado olímpicamente, claro.Cuando su padre termino con su sermón, Leo acompaño a Emi a su casa. Todavía tenía las palabras de su papá ‘tu novio o lo que sea’ y las palabras de Angelito sobre como lo miraba Emiliano. Caminan en silencio unas cuadras, Leo se frena y toma del abrigo a Emiliano para que se de vuelta.
Cuando Martínez lo mira, Leo trata de descifrar eso que dice Angelito que ve en su mirada.“¿Qué pasó?” pregunta con preocupación ante la repentina actitud.
“¿Cómo me miras?” pregunta y Emiliano hace una mueca sin entender. “Angelito dice que me miras de una manera diferente, que me cuidas mucho...” Emiliano se pone colorado y rasca su nariz con nerviosismo, bajando su mirada con timidez. “Yo pienso que son boludece', ¿no?” no sabe qué respuesta quiere o espera.
“No sé. Me generas algo acá” se apunta al pecho y después a la cabeza. “Me pasa cada vez que te veo” vuelven a caminar después de eso, en silencio pero con sonrisas tontas.
“Me pasa lo mismo con vos” confiesa Leo y siente que le falta el aire porque nunca se había sincerado con alguien que le guste.
“¿Te puedo agarrar de la mano? Un rato...” pregunta Emiliano volviéndose a frenar, se ríen cuando se miran pero Leo asiente y de inmediato siente la gran mano de su amigo entrelazandose con la propia.
Caminan así por un rato, un enorme sol y un cielo celeste son testigos de su amor inocente.
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777.
hay mucha gente que no quería este ship pero bueno, QUE SE YO tienen un amor adolescente noma'
buenas nocheeeeeeeeesssssssssssss
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¡papá! • scaloni, aimar.
ФанфикDonde Lionel Scaloni es padre soltero. O donde Pablo Aimar es un simpático profesor.