Lugares Comunes — Virus.
Lionel no dejaba de pensar en Pablo después de lo que había pasado a la tarde, cuando se estaba yendo, esa cercanía que sintió con él, y todas las emociones que lo habían atacado en el momento que se habían mirado y sus respiraciones se mezclaron en el aire.
Estaba sentado en el sillón de su casa, en silencio pero con la radio de fondo, alguna canción de Virus sonando que solo lo hacía maquinar más y más. No sabía identificar que le provocaba Pablo, hace mucho que había dejado de sentir tan intensamente por otra persona, sus últimos años de matrimonio habían sido tan amargos, tan grises, que no puede recordar como se sentía vivir un amor pasional, torpe, o lo que sea que sienta cada vez que Pablo se le viene a la cabeza.En otro lugar de la ciudad, Pablo tomaba una copa de vino mientras pensaba exactamente lo mismo que Lionel, buscando en su mente ¿qué siento por él? Sin pasar el detalle de como lo mira Lionel en todo momento, intenso, tan fuerte que le pone la piel de gallina.
Quiere tenerlo frente a él todo el tiempo, así como ese día a la tarde, quiere sentir el calor de las manos de Lionel, aunque sea algo suave, aunque estén en silencio, pero cerca. No soporta ese peso en el pecho que le da cuando no está con el mayor cerca suyo.
Se frustra de tanto pensar en él, ya es un adulto, ya tiene una edad, la última vez que había sentido eso era simplemente un adolescente, y ni se acuerda con quién había sentido dicha atracción, lo único que recuerda es darse cuenta de lo mucho que le gustaban los hombres, y no pudiendo dar marcha atrás.¿A Lionel le pasará lo mismo que a él? ¿Siquiera le gustarán los hombres? Esas son las preguntas que lo angustian y ponen ansioso cuando llegan a su mente; esconde su rostro en sus manos y siente la necesidad de llamar a Lionel, en un impulso de idiotez había agendado su número de teléfono, pero es lo suficientemente cobarde como para llamar o enviar un mensaje.
Cuando toma el teléfono siente que le quema y lo suelta, lo toma y lo suelta, varias veces.Marca el número.
Tono de llamada.
Lionel da un salto cuando suena su teléfono, mira al cuarto de sus hijos esperando que no se hayan despertado con el ruidoso celular. Mira la pantalla, un número que no tiene guardado, duda si atender o no.
¿Quien molestaría si no fuera importante? piensa y atiende.“Hola, ¿quien habla?”
Cuando Pablo escucha la voz de Lionel del otro lado de la línea contiene la respiración.
“¿Quién soy?” bromea el Payasito.
Lionel sabe que conoce ese tono de voz, solo hace falta un poco de memoria para saber que se trata de nada más y nada menos que Pablo. El dueño de su cabeza.
“¿No podías dormir?”
Pablo se muerde el labio para contener una sonrisa.
“No, ¿vos tampoco?”
Escucha una risa ronca de parte de Lionel. Y vuelve a contener la respiración.
“No. Yo creo que dormir es morir un poco”
Pablo es quien suelta una risa ahora, le duele la cara de tanto sonreír. Que castigo.
“Ah bueno, sos poeta Scaloni”
“¿Cómo sabes mi apellido?”
“¿Cómo sabes vos el mío?”
Retruca Pablo, quien haciendo memoria, y preguntando a sus amigos de la infancia, había recordado a ese defensa Lionel Scaloni, el hincha de Estudiantes, o pollerudo, como le decían los chicos.
“¿Por qué me llamas a esta hora Pablo?”
Lionel pregunta con la voz completamente ronca por el sueño, la hora, lo que sea. Y Pablo no sabe hace cuanto esta conteniendo el aire.
Se muerde el labio, que ya lo tiene bastante maltratado.“Quería hablar con vos. ¿Hice mal?”
Lionel se sujeta el puente de la nariz y se aclara la garganta, se mueve en el sillón, suspira. No se queda quieto.
“No. Hiciste bien. Yo también quería hablar con vos”
Pablo suelta todo el aire y casi chilla.
“¿De qué?”
Se esfuerza por sonar lo más normal posible.
Lionel parece meditar lo que va a preguntar.“Te quería invitar a jugar a la pelota. ¿Aceptas? Después podemos hacer lo que vos quieras”
Habla rápido, y debe agradecer que Pablo no es experto porque sino notaría los nervios en su voz.
El silencio por parte de Pablo lo está aniquilando.“Bueno, pero te aviso que soy muy malo...”
Escucha la risa de Lionel.
“No me mientas. Queda feo”
Pablo le sonríe al teléfono como un idiota.
“Mañana te paso a buscar. Soña lindo”
“Te espero. Soña lindo”
Cuando cortan el teléfono. Los dos miran hacía arriba y sonríen como boludos.
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777.
aaaAaaaAaaAAA
btw pusieron mi fic en un hilo de twitter y me hizo feliz, gracias!! 🤧 ah y escuchen la canción del principio por favor!!!!!!!!
a dormir hermanas!!
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¡papá! • scaloni, aimar.
FanfictionDonde Lionel Scaloni es padre soltero. O donde Pablo Aimar es un simpático profesor.