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Todo se sentía como un viaje en las nubes.

La motocicleta detuvo el viaje de ensueño. Y al estar completamente parados en la acera del edificio dónde vivía, Louis bajó con rapidez, sintiendo un leve rubor arrastrándose por sus mejillas.

—Gracias por traerme.

Y al estar cada ve más cerca de la puerta del edificio, H decide bajar y acercarse a él.

—Entonces paso mañana a recogerte, ¿no? ¿A qué hora te viene bien?

—Sí, podemos ir a que nos persiga la policía otro rato.

H suelta una sonrisa con hoyuelos y divertida.

—Claro.

Y con esas lentas y bajas palabras, Louis retorna su destino: su hogar. Pero al dar la vuelta, la mano del chico detrás de él le toma el codo con poca fuerza.

Su corazón comienza a latir y su mano desciende desde su codo hasta la mano de Louis con traviesos dedos, tocando su brazo cubierto por la chaqueta prestada.
Sus manos se tocan y Louis atrapa el dedo pulgar de H en sus manos.

La cercanía lo aniquila lentamente, la otra mano de H tocando su cintura, su muñeca, con la banda que Louis usaba de adorno en el cuello, atada, le arranca el corazón y los ojos verdes de Harry hipnotizando los suyos le provocarán un infarto.

Los labios rosas de H llegan a su sensible oído.

—Has sido un chico muy valiente… ¿Me vas a denunciar?

—Sí…

Y Louis se siente perdido en la voz que le susurra cosas que para él no tienen mucho sentido ahora. Nada, ni el ruido de los pocos carros que van por ahí, ni la respiración de H, ni su corazón.

—¿Seguro?

—Sí.

—¿Me lo juras?

Y Louis no responde, un atisbo de asentimiento que no termina porque los labios carnosos le besan detrás de la oreja, los ojos se le adormilan por la sensación y la cercanía lo marea.

Los besos ascienden, da un beso en el cuello, en su mandíbula, uno en la mejilla y luego… entre su labio inferior, frotando sus narices. Los dos jóvenes con ojos cerrados y corazones acelerados.

Todo es rosa y arco iris para Louis, mientras las sensaciones se apoderan de él y ya no siente besos. Su cuerpo inclinado, sus labios entreabiertos quedan al aire.

Abre los ojos. H le mira con esa burlesca sonrisa. Mirándole, arrogante hijo de perra.

—Louis, Louis Louis… Dices que soy un cerdo, un sucio, una bestia, un violento… pero te dejarías besar por mí.

Y Louis se alerta del comentario, el coraje llega en fracción de segundo. Que no crea que vuelve a pasar. Buena jugada H, sí. Es un sucio, un violento, un cerdo, pero guapo, por Dios que guapo.

—Eres un incoherente Louis.

Tal vez Louis se siente orgulloso cuando dice:

—¡Y tú un cabrón!

—Pero que dices, si vas todo pomposo pidiendo que te coquetee.

Y Louis no va a soportar comentarios así, ni del hombre más guapo que haya en todo el mundo. De nadie.

Por eso le cachetea. Pero H no se inmuta, con la mirada furiosa y los puños cerrados.

—Devuélveme mi chaqueta entonces. —Dice con enojo obvio en la voz.

Louis la arranca de su piel, como si necesitara esa estúpida chaqueta. El cuero ya le picaba el cuerpo y el olor le molestaba. Se la retira con brusquedad y vaya que sí, que odio le tiene, se la avienta al suelo.

—Y qué pomposo, ¿no me das un besito de buenas noches?

—¡Vete a la mierda tú y tu besito de buenas noches!

Su cuerpo vestido con solo bóxer queda expuesto, abre la puerta con fuerza.

Y H queda fuera, se olvida de él y de su bonito momento en la motocicleta.

Al entrar al departamento, todo está a oscuras. Silencio combinado con oscuridad, más que la luz de la luna que entra por los ventanales.

En su habitación, haciendo el mínimo ruido, deja las llaves en su escritorio.

Y Niall de inmediato se levanta de la cama y prende la bonita lámpara de noche. Tiene su pijama y un cabello desordenado. Aunque su aspecto no es impedimento para notar su preocupación.

—Louis, estaba preocupado. Hasta tu papá me dio un beso de buenas noches pensando que eras tú.

Los ojos azules le van al cuerpo.

—¿Qué haces así desnudo?

Una vocecita inocente se hace sonar.

—¿Ha sido H, verdad? H te ha arrancado la ropa.

Lottie, en pijama con sonrisa coqueta, les mira desde la puerta.

Lo rojo de las mejillas no se le ve por suerte, le hace a Lottie un ruido para que calle y le dice que despertará a su madre.

Louis les ignora, no hace más que tomar su pijama debajo de la almohada e ir a tomar una ducha. Que haber caído en una alcantarilla no era su culpa.

Y cuando Louis está en el baño, Lottie arruga la nariz y mira a Niall con un ceño fruncido bastante pronunciado.

—¿Huele a mierda, verdad?

Y ella y Niall se echan a reír en silencio.






































Perdón por no actualizar 😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭

—F

Tres metros sobre el cielo. Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora