Avatar: Destiel (Dean x Castiel)

Capítulo 13

Fue un viaje largo y agotador de regreso a la base, los tres caminando junto a Chevy. La alambrada estaba torcida, arrugada, y mientras Dean trepaba sobre el metal destruido, los vítores rugían por la pista.

La base estaba en ruinas, pero habían ganado la batalla. Los demonios derrotados se sentaron con las piernas cruzadas sobre el asfalto cubierto de escombros, hoscos y silenciosos mientras los ángeles de rostro severo los vigilaban. Dean encontró a Bobby, Ash y Jo entre la multitud de humanos que vitoreaban. Los tres estaban de pie alrededor de Crowley, el demonio sentado en una caja. Raphael estaba agachada frente a él, examinando un corte en su frente. Dean se abrió paso entre la multitud hacia ellos, y vio a un Ruby desaliñado que le levantaba el pulgar.

"¡Sam!"

Dean estiró la cabeza y vio una forma que se alejaba de la multitud.

Gabriel estaba manchado de tierra y sangre, las alas se sacudían salvajemente mientras corría hacia el hermano pequeño de Dean, sonriendo como un lunático. Sam no se veía mejor, extendiendo los brazos y riéndose cuando Gabriel se abalanzó sobre él. Con un aleteo, Gabriel cerró las piernas alrededor de las caderas de Sam, y el humano retrocedió un paso cuando Gabriel se aferró a él.

Dean puso los ojos en blanco, sacudiendo la cabeza con una sonrisa mientras las manos de Sam se extendían por la parte posterior de los muslos de Gabriel, los dos besándose como adolescentes cachondos. Dean estaba demasiado cansado para estar asqueado, no sorprendido en absoluto de que Sam hubiera encontrado algo para mantenerlo ocupado mientras Dean estaba adulando a un ángel diferente.

Parecía que el fetiche de los ángeles venía de familia.

Castiel rió, tomando la mano de Dean. La yema de su pulgar rozó los nudillos magullados de Dean, y Dean le lanzó una sonrisa cansada, apretando su mano.

Lo habían hecho, habían  ganado.

Raphael se enderezó, alejándose de Crowley mientras los dos se acercaban, los ojos de iadnamad eran serios.

"Miguel cayó en la batalla", dijo en voz baja, mirando a Castiel. "Creo que Lucifer se unió a él. Nuestro clan necesita un líder, Castiel".

Castiel tragó, pero asintió. Enterró el dolor de otro hermano que se había ido, con las alas resoplando con autoridad.

"Tú nos guiarás entonces, Raphael", dijo audazmente. Has guiado a nuestro pueblo en tiempos de conflicto. "Serías una buena líder".

Rafael sonrió. "Mi tiempo ha pasado, joven, y mi alma está cansada".

Castiel miró a su alrededor con incertidumbre. "Entonces ciertamente Gabriel-"

"¡Demonios, no!" El mar de personas se separó y Sam apareció a la vista. Gabriel todavía estaba enganchado a él, y el baltoh negó con la cabeza, las alas enroscándose protectoramente alrededor de los hombros de Sam. "Ni siquiera puedo cuidar de  mí mismo , y mucho menos de cientos de ángeles. ¡Castiel!"

Raphael rió suavemente y Castiel se giró para mirarla con preocupación.

"Eres tú , Castiel," murmuró. "Creo que siempre fuiste tú".

La multitud se calmó.

"¿A mí?" Castiel tragó saliva con nerviosismo. "Pero yo…"

"Naciste especial, Castiel", continuó Raphael, y los otros ángeles se movieron lentamente entre la multitud para rodearla. "Naciste con los poderes del iadnamad. Muchos no lo entendieron, pero ese siempre ha sido tu destino".

Raphael miró a su alrededor, al complejo en llamas, los demonios derrotados y los humanos que se arremolinaban junto con los ángeles. "Naciste para provocar el cambio. Es la voluntad de Geiad".