Capitulo 4

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—Está bien no estar bien, está bien, está bien está bien que te duela el corazón, en serio estoy bien, no es por el director, no es por los medicamentos, estoy bien porque soy fuerte, en serio estoy bien —cantó el director Oh mientras tocaba la guitarra, con los pacientes cantando a la vez y haciendo el coro— los quiero —sonrió formando un corazón al poner sus manos sobre su cabeza —el lugar se llenó de aplausos y corazones de los pacientes.

La joven sonrió dejando de grabar. Sí que vería ese video todos los días.

Ayudó a salir a las personas y se quedó para organizar la sala de terapia.

—No sabía que tocabas el piano —comentó agarrando unas sillas mientras Cha-yong cerraba las puertas— no lo haces mal.

—Hay más cosas que no hago mal —respondió, agarrando las sillas que ella sostenía.

—¡Hey! ¡esas eran mis sillas!

—¿Te vas a poner a pelear por unas sillas!

—¡Sí! tú arregla las que están por allá, ¿por qué me quitas mi trabajo?

Ni se volteó a ver su ceño fruncido, descargó las sillas en la esquina y fue por las demás, ella lo veía de brazos cruzados.

—Eres molesto.

—No lo soy.

Ella corrió para sentarse en la silla que él iba a agarrar.

—Sí lo eres.

Cha-yong se apartó para tomar otra silla, pero nuevamente ella se sentó.

—¡Aish!

—¿Lo ves?, lo comprendes —sonrió.

—Solo déjame hacer mi trabajo, por favor.

—Es irónico verte hablar de trabajo.

—¿Por qué?

—Porque te he visto dormir cuando crees que nadie te ve.

—¿Qué? ¿me ves dormir?

—Ehh...

Y, se fue corriendo, chocándose con la puerta en el proceso.

—Estás como que callado —apareció de la nada detrás de su padre, haciéndolo saltar del susto

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—Estás como que callado —apareció de la nada detrás de su padre, haciéndolo saltar del susto.

El mayor se tocó el pecho, específicamente en la parte del corazón:—¿Acaso me quieres matar de un susto, mocosa? ¡¿de donde saliste?!

—Perdón, papá, mi intención no era asustarte.

—Entonces no debiste aparecerte así.

—Perdón —se sentó a su lado— bueno, venía a decir algo.

—¿Y qué es?

—¿Por qué no han dejado salir a Ki-do a tomar aire?

La cara del mayor cambio.

—¿Por qué pones esa cara? ¿Qué pasó...?

—Su padre lo transfirió a otro psiquiátrico.

—¿Qué...? ¿por qué no me dijiste?

—Es que ese día estabas en la agencia y pues...

—¡Pero debiste haberme llamado! ¡sabes cuantas semanas he esperado a que lo dejaran salir! —exclamó con molestia y tristeza— por eso pusieron una cortina en la ventana, para que yo no viera...

—Eun-bi, yo...

La mujer se levantó y se fue dejándolo con la palabra en la boca.

Tenía muchas cosas para pensar ahora.

𝗖𝗥𝗢𝗦𝗦𝗥𝗢𝗔𝗗𝗦 ||It's Okay To Not Be Okay||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora