Capítulo 3

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-Hola, supongo que eres Derek- La suave voz de Stiles lo sacó de sus pensamientos, y su sonrisa, Dios esa sonrisa, tan hermosa y refrescante como las burbujas que bajan por la garganta cuando tomas una soda en pleno verano.

-Sí... sí claro, mucho gusto Derek Hale- El moreno estiró la mano para darle un apretón al de lunares y mentiría si no dijera que estaba nervioso.

- Por fin le pongo rostro al padre de Sasha, eres muy difícil de ver ¿Lo sabías?, Creo que he conocido a todos sus tutores menos a tí y francamente tu hijo me habla todo el tiempo de lo asombroso que es su padre y ahora puedo ver de dónde ha salido el pequeño- Derek no estaba muy seguro de a qué se refería el maestro con esas palabras pero ahora lo tomaría como un cumplido y ya más tarde le invitaría un helado a su hijo por hablar bien de él.

En el momento justo de interrumpir a Stiles divagar en sus tonterías, aparecieron por el pasillo los otros dos comenzales y el pequeño corrió feliz a los brazos de su padre, emocionado porque iba a comer todos juntos y porque al fin su maestro iba a conocer a su papá, ya le había preguntado en clase si estaba casado y le había dicho que no, desde ese momento estuvo soltando algunos datos de lo genial que era su papá, así el maestro siempre lo tendría en mente.

A pesar de que Derek no era la persona ma sociable del planeta, la comida fue muy amena, su hijo y Stiles podrían cubrir las conversaciones de 6 personas a la vez y le agradaba ver lo animado que estaba su pequeño, también le gustaba la forma en que Stiles cuidaba de forma delicada a Sasha, le limpiaba la boca y le ayudaba con la carne de forma natural, como si llevara años haciéndolo.

Muy en contra de lo que los Hale querían, la comida terminó y ya cada quién tenía que marcharse a sus hogares; cuando Isaac se iba a ofrecer a llevar al maestro a casa, Sasha le dio un pisotón y Derek se le adelantó como voluntario, Isaac no entendía mucho pero tampoco se iba a meter en alguna discusión, así que se decantó por pedir el número de teléfono de Stiles y ya se pondrían al día con mayor detalles de sus vidas.

Por alguna razón que no lograba entender, Stiles se sentía nervioso y ansioso, por regla general nadie iba a su casa (remanentes de su tiempo en el FBI) y no se involucraba con nadie, solo tenía una vida tranquila y pacífica, hasta ahora los únicos que conocían su residencia eran Jackson y su padre, tampoco nunca se había involucrado con algún padre más allá de los correspondientes saludos; una vocesita en su interior le estaba alertando que su vida estaba a punto de complicarse y quizás no en el mal sentido.

Cuando estaban llegando a su edificio Stiles les pidió que paren el auto porque ya estaban cerca, el más pequeño miró atentamente a su padre como advirtiéndole algo y este captó que su hijo no quería dar por terminado tan rápido el paseo así que le insistió un poco más -Dejanos llevarte hasta tu puerta, ya es de noche y puede ser peligroso para un maestro de kinder- Stiles rió internamente por las palabras del moreno, si supiera que sería mucho más peligroso para un asaltante toparse con él que para sí mismo, no reaccionaria de esa manera.

-Deje que lo acompañemos a su casa, mi papá es super grande y fuerte y lo puede cuidar- Sasha lo miró con esos ojitos que hacían que fuera difícil negarle algo, así que Stiles decidió rendirse por la paz ante la insistente mirada de los Hale.

Creía que el paseo terminaría cuando estuvieran en las escaleras de su edificio pero se equivocó al ver como los otros dos subían con decisión tras sus pasos, no le quedó otra que respirar profundo y caminar a su puerta para por fin intentar despedirlos, pero otra vez se equivocó cuando al abrir la puerta y volverse para despedir a sus guardaespaldas, el pequeño Sasha entró corriendo a su sala y agradecía internamente haber ordenado todo en la mañana y no tener como siempre un montón de hojas y libros esparcidos por la mesa.

Maestro cásate con mi papá!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora