¿de verdad? | enzuli

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Enzo estaba golpeando su muslo derecho con su dedo índice, estaba nervioso. su mirada yacía algo perdida en aquel parque para niños en donde su pequeña Olivia se estaba divirtiendo sola ya que era de noche.
Hace tan solo menos de una hora había llegado la mujer, él la había recibido con un beso solo por las fotos que podrían haber sacado en el aeropuerto, subiendo al auto poco después, aunque solo bastaron minutos para que por decisión de ambos, se bajaran del auto que los iba a transportar al hotel en donde se encontraba la selección y luego en donde se hospedarían las dos chicas, dejando sus bolsos y valijas para que las llevaran, no iban a estar cargando valijas en pleno parque. 

Para Enzo, tratar de ignorarla para no discutir era lo que más costaba porque de esta forma podría incluso generar un ambiente más pesado para Olivia.

Por suerte ya se habían tomado unas fotos que luego ambos subirían fingiendo ser una familia funcional y feliz, además de grabar par de storys para Instagram, justamente ninguno de los dos quería desatar rumor de que su relación estaba de mal en peor.

- ¡Papi! - La vista del morocho se dirigió hacia la voz de quien lo llamaba y sonrió con naturalidad.
Olivia tenía esa reacción en él, lo llenaba de tanta paz con tan solo verla. De forma casi inmediata se levantó del banco en el que estaba sentado junto con la mujer, y alzo a la niña.

- ¿Qué pasa, cielo? Ya vamos a casa, estamos esperando a que nos vengan a buscar. - Su voz fue suave y cariñosa al hablarle, chocando su nariz con la contraria, consiguiendo que la menor sonriera.

- Enzo, no tenes ni la mitad de las cosas que necesita Olivia, encima ¿No era que estas ocupado? Vos no te la pienses llevar a donde sea que te hospedas - susurro aunque su voz sonó amenazante, logrando que la niña la mirara atenta, como si supiera que la alegría se le estaba por ir.

- Las busco en la valija o compro las cosas para ella ¿Quién te pensas que soy yo? Aparte es mi hija, no la veo desde que viaje para Catar.

Las iris marrones claros e iris más oscuras se desafiaron por un corto tiempo, Valentina por su parte no sabía que más decir para molestar al chico y Enzo solo quería decirle que se vaya del lugar.

- Entonces no quiero que este con Julián. - Hablo firme mientras que la niña al escuchar aquel nombre sonrió con sus ojos, cosa que pasó desapercibida por los mayores.

Enzo miro a la chica con el ceño fruncido, estaba enojado, molesto. Nunca entendería la razón de su enojo con Julián, en su momento ella lo insulto primero y Julián se defendió, no debía porque haber celos o lo que sea que ella sienta hacia el mayor. Aun así, Enzo asintió con su cabeza, sabiendo que le estaba mintiendo porque no podía cambiarse de habitación solo por capricho de la mujer.

El tirón de pelo por parte de la niña hizo reaccionar a Enzo, logrando que se riera y luego formara una mueca por el dolor.

- Soltame, soltame. Ya vamos a jugar - Hablo bajito, tomando la mano de la niña con cuidado para que ella dejara su cabello en paz. Cuando lo hizo, el morocho bajo a la pequeña y tomo su mano, agachándose un poco en el proceso.