Eleonor Foster Y La Orden Del Fénix

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Canción recomendada:

《Washing machine heart - Mitski.》

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Bajé las escaleras en la penumbra de la madrugada con el pelo violeta, mi corazón aún acelerado por la pesadilla que había tenido. El silencio de la casa solo era interrumpido por mis pasos suaves sobre el suelo de madera. Mi garganta estaba seca y anhelaba un poco de agua para calmar mi inquietud.

Soñé con el bosque prohibido, dónde se encontraban un montón de mortifagos y se encontraba alguien horrible, con una cara terrorífica y una voz afónica que hacían que se te erizaran todos los pelos del cuerpo. Él se hacía llamar "Voldemort". Harry se había presentado ahí para morir, y el sueño terminó con un Avada Kedavra.

Al llegar a la cocina mientras le daba vueltas al sueño, encendí la tenue luz sobre la encimera. El brillo suave y cálido parecía contrarrestar la oscuridad que había dejado atrás en mi sueño. Alcancé un vaso y lo llené de agua, sintiendo la frescura del líquido deslizándose por mi garganta. Cerré los ojos por un momento, intentando desprenderme de las imágenes perturbadoras que habían ocupado mi mente.

Pero al abrir los ojos, me sobresalté. Mi padre estaba allí, de pie en la entrada de la cocina, observándome con una expresión de sorpresa. No esperaba encontrarlo despierto a estas horas de la noche. Su presencia era reconfortante, un recordatorio de que no estaba sola en medio de mis pensamientos turbios.

Levanté una ceja en señal de pregunta, y él suspiró suavemente antes de hablar.

Papá: No estoy durmiendo muy bien... No he soñado algo muy agradable.- Él se puso las gafas que tenía en una de sus manos.

"Que coincidencia."

Yo: Yo también.- Me quedé en silencio mirando a la nada. Realmente.e había afectado ese sueño. Nuestros ojos se encontraron en un entendimiento compartido, una conexión silenciosa que rompía la soledad de nuestras experiencias nocturnas.

Muchas veces sentía una conexión muy fuerte con mi padre, sentía que él me entendía. Pensé durante mucho tiempo que por ser Ravenclaw como mi madre me sentiría comprendida. Los quiero a los dos por igual, no quiero que se malentienda, pero me sentía tan identificada con mi padre en tantos aspectos. Él mismo decía que yo le recordaba a él de joven.

Pero supe que está conexión era diferente.

Se sentía diferente.

Sin decir una palabra, mi padre se acercó y me rodeó con un brazo, ofreciendo el apoyo silencioso que necesitábamos ambos en ese momento. Permanecimos allí por un tiempo, compartiendo el abrazo y dejando que la sensación de seguridad llenara el espacio entre nosotros. En medio de la madrugada, encontramos un consuelo inesperado en nuestra coincidencia y en el entendimiento mutuo de que las pesadillas podían afectarnos a todos.

Nos separamos y compartimos una sonrisa tranquila antes de regresar a nuestras habitaciones. A medida que volvía a subir las escaleras, sentí una ligera sensación de alivio. A pesar de las sombras de la noche, había encontrado un refugio en la conexión con mi padre, un recordatorio de que, incluso en la oscuridad, no estaba sola.

Después de eso estuve casi todos los días de navidad practicando mis transformaciones para poder llegar a ser una animaga. No quería decirle nada a nadie para que el ministerio no sepa nada. Tal y como están las cosas sabiendo que va a empeorar la cosa me lo guardo para poder ayudar a Harry.

Mi relación con George seguía igual, de vez en cuando me dejaba notitas, teníamos algo muy bonito pero no quería estropearlo, quería dejarlo momentáneamente en coqueteo hasta que vea el momento perfecto en el que no tengamos que escondernos. Al fin de al cabo Fred y George son muy populares, y se correría la voz fácilmente por todo Hogwarts.