Reencuentro

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La llegada de Alyssa al más allá había alterado a más de uno. Eso estaba claro.

—¿Como pudiste hacerles eso?

—¿A quien te estás refiriendo...?

—A mis amigos.

—¿Por que iba a preocuparme por ellos?

—¡Porque yo me preocupo por ellos!— grito Callahan con molestia.

Alyssa retrocedió con pánico.

—¡Todo el tiempo me preocupo por ellos, y tú los lastimaste!

—Yo no quería...— murmuro con los ojos llorosos.

—¡Les hiciste un daño irremediable!

—Callahan...

—Y si los dañas... me dañas a mi.

La chica le miro con dolor, apunto de estallar en llanto. Todo lo había hecho por él.

—Tú sabías cuánto los quiero. Les debía más que lealtad.

—Pero...

—Ellos son mi prioridad ahora.

—¿Y no la chica que te ama?— cuestionó enojada, derramando unas cuantas lágrimas que no pudo seguir conteniendo.

—No metas lo que sea que tuvimos en esto.

—Bien... ¿¡no la mujer que dio todo por ti y murió por vengarte!?

—¡Tú dañaste a los seres que amo sin piedad y me niego a seguir a tu lado!— exclamó con rabia, dando media vuelta para irse.

Alyssa lo retuvo del brazo, negando desesperadamente con la cabeza. No quería perderlo otra vez.

—Todo lo hice para destruir ese internado que te asesino...

—Morí de un infarto, Alyssa. Estás demente.

La chica hizo un sonido de sorpresa, alejándose unos pasos del adverso.

—Déjanos en paz— terminó de decir Callahan, sin mirar atrás.

Escuchó las súplicas de Alyssa, pero aún así no volteo.

Su mirada estaba clavada en Quackity, quien abrazaba con fuerza moderada a un chico rubio y oji-verde mientras reían, algo alejados de la zona.

A su lado estaba Slime, que no dejaba de observar hacia él con cierta preocupación.

También había un pelicastaño y un pelinaranja platicando. Callahan recordaba vagamente que se llamaban Karl y Fundy.

Y por ultimo estaba Hannah, que intentaba tranquilizar a Slime murmurándole palabras de apoyo.

Fueron cuestión de segundos para llegar hasta ellos, con una débil sonrisa rota. Todas las miradas parecieron recaer en su persona.

—No creo que pueda pasar— aclaró rápidamente.

—¿Por sus malas acciones?— preguntó Quackity confundido.

—No, creo que es más bien su subconsciente. La está matando la culpa.

—Ya está muerta— dijo Fundy esta vez, con obviedad.

—Como todos nosotros— se burló Karl, dejándose caer en el suelo blanquecino.

Bien, eso había dolido.

—¿Quieren ir a espiar a los vivos?— propuso Dream, con cierta maldad.

—La última vez terminó llorando al ver que su ex ya es feliz con alguien más— le recordó Slime con inocencia, haciendo boquear al rubio.

—¡Pero eran lágrimas de felicidad!— aclaró con rapidez.

—Ya, ya. Ya pasó, Dream.

—Usted también lloro, Karl Jacobs.

El castaño cubrió su rostro con vergüenza.

Hannah solo los miro sin decir nada, viendo como comenzaban una discusión absurda que seguramente duraría media eternidad.

Pero total, ya estaban muertos. No perdían nada más.

Forget [5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora