Ocho

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JiHyo tuvo que pararse derecha antes de siquiera dar a conocer las siguientes palabras, pero al parecer, tembló.

—Creo que debemos terminar—dijo la que según escupe lo dulce cuando quería, pero que ahora, quería más de ese dulce sólo para ella, pero algún niño malcriado se lo estaba quitando.

La pelinegra suspiró, viendo a Tzuyu asentir, confundida, acercándose.

—Hyo, ¿Es lo que verdad quieres?

La mayor negó, haciendo a Tzuyu asentir de nuevo, abrazándola.

—Entonces no tenemos por qué, JiHyo, no hagas caso de lo que dijo mi mamá, ¿Si?, no vas a morir sólo por este secreto...—las manos que de forma cuidadosa echaron un mechón de la mayor detrás de la oreja, sonriendo, para después acariciarla, sonriendo. ¿No tenían por qué?

JiHyo se separó, acariciando su rostro, negando, riendo—Tzuyu, es que tú no entiendes, no es cuestión de que yo muera, es cuestión de que todas ellas me matarían si se enteran que salgo con la bebé, si se enteran que, que follamos, aparte tiene razón tu mamá, te conozco desde que tienes 16, es enfermo...

—¡Pero ya tengo 24, JiHyo!—acarició de nuevo su frente, riendo, viéndola, agitada.

—¡Y yo 32, Tzuyu, entiende de una maldita vez, no-podemos-seguir!—lo dijo.

JiHyo volvió a acariciar su rostro, riendo, caminando al cuarto corriendo, abriendo uno que otro cajón a la mirada de la castaña que sólo arrugó su ceño, tragando saliva, apretando su mandíbula al ver que la mayor comenzó a sacar su ropa, la que tenía de repuesto.

¿Entonces era real, y no una broma?

La castaña se cruzó de brazos, viendo a JiHyo tratar de meter todo en su pequeño bolso y se quejó.

—¿Entonces, es real?—no recibió respuesta. Tzuyu rió, pero al ver a la mayor al borde de un colapso se acercó, sosteniendo su cintura aunque fue alejada ciertas veces, ahora se acercó lenta, acariciando su espalda, preocupada—Hyo, espera, estás mal, quédate a tomar un té...

—No...

—Hyo, por favor—ahora esos brazos la rodearon y la mayor, suspiró, abrazándola, sonando su nariz al mismo tiempo que suspiraba—tranquila, JiHyo, va a estar bien...

—No quiero terminar pero siento el agua hasta el cuello, Tzuyu, siento que me están obligando y vigilando, juzgando.

Presión. Tzuyu tomó una cobija que
estaba por ahí y enredó a la mujer en ella, acariciándola cuando la vio derrumbarse un poco a abrazarla, por lo que, la castaña tuvo que corresponder.

No encontró otra opción más que acostarse junto a JiHyo, viéndola, sonriendo, realmente tratando de calmarla. Habló suave.

—Entonces deberíamos darnos un tiempo o algo así, si te sientes así de presionada

—Es sólo que no quiero terminar esto, yo al fin siento... no sé, siento algo, Tzuyu, que no quiero terminar, quiero más, y me siento bien, pero toda la presión, me mata y asfixia, ha de ser porque soy mayor, ¿Y tú quieres seguir con esto?

No esperó una respuesta honesta, menos instantánea, pero la tuvo.

—Si quiero, JiHyo.

Entonces la pelinegra sólo se sentó, sonriéndole a SeoHyun, al momento que ésta la vio frunciendo el ceño apenas llegó al departamento de Tzuyu.

Claro, para una reunión, porque después de todo, sabía mejor en un secreto. Ahora sonrió, peinando con su mano el cabello de la castaña.

Cabello que ella misma desordenó
minutos antes por la sesión de besos que compartieron de esa forma fantástica, donde los labios de Tzuyu se sintieron suaves, lindos, y demasiado besables, por lo que no tuvo otra opción más que hacerlo.

Sonrió, fingiendo que los últimos 14 minutos no fueron flashback sexuales pero la tienen que perdonar, porque a cualquier rincón que voltea del departamento de Tzuyu, ella recuerda cómo ella la folló duro en ese lugar, como el sillón donde estaba NaYeon, la mesa donde estaban las bebidas, y la barrita donde JeongYeon y SeoHyun hablan animadas. En pocas palabras, resumía, casi todo el departamento.

Rascó su cuello nerviosa al sentir la mirada de ambas Zhou en ella, pero cuando la madre se dio cuenta que también su hija la veía fija, frunció su ceño. Oh Dios, estaba nerviosa porque en ese momento se sentía una boba cobarde, así es, cobarde.

Por un secreto bobo. Fingió una sonrisa, pero se sintió morir cuando SeoHyun habló lo más alto que pudo.

—JiHyo, ¿Dónde te quedaste ayer? Porque te vi marcharte con Tzuyu después de... la plática que tuvimos—ahora todas las miradas pararon en ella, que rió.

—Tzuyu me dejó quedarme aquí porque estaba ebria, ¿Quieres saber con más precisión dónde me dormí? En el sillón —de todos modos murió. JiHyo no tembló al momento de hablar, pero sí que bajo la mesa su mano tembló al mismo tiempo que rascaba su propia uña hasta que al final, sintió que casi se enterró en su piel.

—No sabía que también tenías un buen cambio en ésta casa...

—Sí, JiHyo, son apenas las 10 de la mañana y estás cambiada—SeoHyun lo logró. Hizo que otra mujer se metiera en medio de la conversación. JeongYeon vio su reloj cuando habló, asintiendo.

—Es ropa de Tzuyu, me la prestó porque no pude ir a mi casa a un cambio, ¿Creen que yo podría estar un sólo día en pijama, y sin bañarme?

Una risa fuerte sonó, fue la risa que hizo a todas las mujeres salir de la pesada situación para voltear a ver a la culpable, nadie más que la mayor de todas. Mina señaló con su cuchara.

—¡JiHyo tiene razón! es la mujer que siempre se ve bien y véanla, ropa floja pero se ve mejor que muchas aquí—al final entonó, con esa frase, terminando la maldita conversación que hizo a JiHyo suspirar, aliviada, respirando con regularidad al
momento que Tzuyu se acercó a su madre, achicando un ojo.

La mujer de la risa fuerte vio fija a JiHyo y Tzuyu, que se vieron, aliviadas, como si hubieran salido de una situación comprometida, pero después, alzó sus hombros, al ver una pequeña sonrisa.

Al final de cuentas, SeoHyun no bajó la mirada, viendo fija a su supuesta mejor amiga, y sintió su corazón torcer.

Ella vio a su hija crecer.

La vio desde que tenía 16, fue a su graduación, jugaba videojuegos con ella, le ayudaba con las tareas, la vio prácticamente crecer, ¿Y qué fue lo que escuchó en los baños la noche anterior?

A su mejor amiga gimiendo después de que su hija entró y cerró la puerta.

SeoHyun apretó su mano como apretó la mandíbula, pasando con pesadez su comida.




Fin del maratón

Mommy's Best Friend ♡ CTY + PJHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora