𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐀 𝐖𝐈𝐋𝐃𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑 | 𝐆𝐖𝐄𝐍 𝐗 𝐌𝐈𝐋𝐄𝐒

[🌻] 𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐫𝐮𝐦𝐦𝐞𝐫

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Gwen bajó del escenario, con el sudor aún escurriendo por su frente y una gran sonrisa imborrable en su rostro. Aquella, sin duda, había sido una gran presentación y aunque el público no fue tan numeroso, la banda se sentía satisfecha de poder presentarse una noche más. 

Un par de jóvenes les ayudaron a guardar su equipo e instrumentos, con lo que Gwen y sus amigas por fin pudieron ir a sentarse a una de las mesas del café para descansar un poco. Sin embargo, en cuestión de segundos una pequeña multitud se formó cerca de Mary, la vocalista, para pedirle autógrafos y una que otra fotografía. 

Gwen rio al ver a su amiga abrumada por tanta atención, se levantó y fue en busca de una bebida. Era casi una tradición para ella tomar una malteada después de una presentación, sin importar cuál fuera el sabor, con la única finalidad de relajarse un poco. 

Se dirigió hacia la barra y, después de pensarlo un rato, se decidió por una malteada de chocolate. Estaba sentada esperando cuando sintió que alguien le tocaba el hombro. "Quizás es Katie, que quiere que le preste dinero otra vez" pensó. Se giró y se extrañó al ver a un chico parado frente a ella, de complexión delgada, moreno y de lindos ojos castaños. A decir verdad no era nada feo, además, parecía ser de su misma edad...

Pero seguramente no la estaba buscando a ella. 

La rubia estuvo a punto de decir algo cuando, de repente, el chico le puso una mano en el hombro.

— Hola — Su voz le salió amarga en un intento por sonar seductor. Gwen al principio se sintió confundida, pero ver la cara que puso el chico fue suficiente para hacerla soltar una risa. 

— Oye ¿qué estás haciendo? — Preguntó mientras arqueaba una ceja. 

— Oh, nada. — El desconocido apartó su mano y carraspeó un poco, evidentemente nervioso — Solo quería... un autógrafo. Si no es molestia, claro — Pidió, e intentó sonar más natural esta vez.

— Ya veo, ibas a sobornarme para conseguir un autógrafo de Mary. — Ella se cruzó de brazos y lo miró, sin poder reprimir una sonrisa burlona.

— No, no, esa no era mi intención...

— Pero bueno, supongo que hacemos todo por los fans ¿no? Espera aquí un momento, iré por ella. 

Gwen se levantó de su asiento, pero el chico la tomó del brazo con suavidad antes de que ella se alejara. 

— Espera — Se apresuró a decir él —. Es que... quiero un autógrafo tuyo. 

La rubia arrugó el entrecejo. No recordaba una sola ocasión en la que le hubieran pedido algo así. ¡Y ahora este tipo lo estaba haciendo! Por primera vez, se sintió halagada.

— Está bien — Musitó ella, aún sin poder creerlo. Él le dio un pequeño papel y ella sacó un bolígrafo de su chaqueta —. Oye, sonará algo extraño, pero todavía no tengo una firma oficial — Se acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja para disimular. 

— ¿En serio? — Inquirió el chico, Gwen asintió con la cabeza —. Bueno, pues en ese caso podrías anotar cualquier otra cosa, como tu número de teléfono, por ejemplo.

— Que osado eres. — Ella lo miró con desaprobación e improvisó una firma rápida —. ¿Sabes? es raro que le pidan autógrafos a una baterista. Es la primera vez que me sucede. Solo por eso, ignoraré lo que acabas de decir — Le sonrió —. Por cierto, ¿cuál es tu nombre? 

— Miles, Miles Morales. 

— Miles... no suena a un mal nombre — Ella terminó de escribir y le dio el papel. 

— Gwen Stacy — Leyó Miles —. Es un lindo nombre también. Oye ¿es en serio que nunca te habían pedido un autógrafo antes? 

— Así es — Le afirmó y luego tomó asiento nuevamente, esta vez invitándolo a sentarse junto a ella —. Ese tipo de cosas son más para los vocalistas. 

— Bueno, pues he visto algunas de tus presentaciones y, siendo sincero, tocas muy bien. Eres muy genial y talentosa, Gwen.

— Gracias, Miles. — La rubia le dedicó una sonrisa. Un mesero se acercó a donde estaban y le dio su bebida a Gwen. Después de darle un sorbo, prosiguió —. Y dime, si es que ya me habías visto antes, ¿por qué me pides mi autógrafo justo ahora? 

"Porque me daba pena acercarme a pedírtelo" contestó en su mente, aunque claro que no iba a decírselo. Miles estuvo a punto de cambiar el tema cuando su teléfono comenzó a sonar, al ver quién era le hizo una seña a la chica y entonces respondió a la llamada. 

— Ah, hola pa'... No, estoy en la escuela, solo que mi compañero Ganke puso un poco de música — Mintió, y de nuevo su voz se escuchaba nerviosa. Gwen lo miraba con una sonrisa divertida,  ese chico en verdad era único —. Sí, sí, no me dormiré tan tarde. Está bien. Los veré el fin de semana. Hasta luego, los quiero a los dos — Se despidió y colgó. 

— ¿Conque estás en la escuela, no? 

— Ellos me matarían si supieran que estoy aquí, se supone que no tengo permitido salir durante la noche. Que esto quede entre nosotros, porfa — Pidió Miles en un susurro. 

— Descuida, no se lo diré a nadie — Le susurró de vuelta y ambos rieron. Luego, el moreno se puso de pie. 

— Creo que debo irme. Se supone que ayudaría a mi compañero con su proyecto de artes. 

— Es una lástima que te vayas tan pronto — Murmuró Gwen.

— Podríamos... vernos otro día — Sugirió. La contraria puso los ojos en blanco. 

— Sabía que dirías algo así. — Ella negó con la cabeza al tiempo que soltaba una risita —. Por si te interesa, nos presentaremos aquí mismo el viernes, aunque todavía está por confirmarse la hora.

— Ten por seguro que estaré aquí. Y en cuanto lo sepas... — Esta vez fue él quien le extendió un papel, que tenía su número de teléfono escrito — Avísame, por favor.

— Lo consideraré. — Ella tomó el papel y lo guardó en su bolsillo —. Te veré luego, Miles. 

 — Te veré el viernes, Gwen — Se despidió él y se dio la vuelta para irse. 

— ¡Oye Miles! — La rubia lo llamó y Miles volteó a verla. Ella se le acercó hasta quedar frente a él —. Solo quería darte un consejo: necesitas mejorar mucho tus técnicas para conquistar.

Miles desvió la mirada, avergonzado. — Ah, eso. Lo lamento, solo... me dejé llevar — Se excusó. De improviso, Gwen le puso una mano en el hombro y lo miró fijamente. 

— Hola — Le dijo, de la manera en que a él le habría gustado decirlo. Incluso surtió efecto en el chico: sus mejillas comenzaron a enrojecerse y su corazón latía con más fuerza que antes. 

 "Vaya, ¿cómo es que puede ser más buena que yo en esto?" pensó. 

— Así es como se hace, tonto. Hazlo mejor la próxima vez — Añadió Gwen, y le guiñó un ojo antes de dirigirse hacia donde estaba el resto de la banda. Miles se quedó ahí, estático. Luego, sonrió de manera desafiante. 

— Dudo que pueda lograrlo, pero lo haré mejor. Ya veremos quién se reirá al final — Dijo para sí mismo y salió del lugar con rumbo a la academia Visions.