La familia Sully tiene que irse para poder estar a salvo. En una de las aldeas deciden acogerlos ya que no son los primeros mixtos. Pero el coronel no se va a detener, a parte de su nueva ayuda.
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El marine caminaba entre las máquinas con su nueva compañera. La piloto le mostró el helicóptero preparado para este planeta y sus criaturas.
— Está es mi preciosidad - dijo mostrándoselo - saldremos mañana a dar el primer rodeo, no te separes de la doctora Grace y de Pol, ellos te salvarán el culo en caso de emergencia.
Río negando con la cabeza, en sus piernas tenía la mochila con sus pocas cosas.
— El coronel quiere verte - le dijo revisando una de las armas - no le guste que le hagan esperar.
Sully entendió la referencia y fue con la silla de ruedas. Le vio con unas pesas haciendo abdominales. Se acercó y todo la puerta de metal, todo era de metal.
— Sulivan - sonrió, el descapacitado se fijó que en su cabeza tenía un arañazo de algo gigante. - hace tiempo que necesitamos un marine de sangre fría. - se levantó para prepararse para su siguiente misión.
— ¿No hay más marines? - pregunto siguiéndole.
— Uno, - en su voz había decepción - mi querido hermano Pol. - Jake abrió los ojos sorprendido - No acabes como él, se enamoró de este sitio y de su gente. Que asco.
Llegaron a un sitio donde había robots, el coronel escaló uno con facilidad hasta llegar a la cabeza, donde podía controlarlo.
— Lo quiero que hagas Sully, es que me cuentas las debilidades de los Navi. - el mencionado subía en un montacargas para poder seguir hablando con él - A lo mejor cuando vuelvas a la tierra podrás conseguir piernas nuevas.
La cápsula se cerró dejando al chico pensando en la gran oferta.
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