La familia Sully tiene que irse para poder estar a salvo. En una de las aldeas deciden acogerlos ya que no son los primeros mixtos. Pero el coronel no se va a detener, a parte de su nueva ayuda.
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- Será mejor irnos esto está apunto de explotar - dijo el chico seriamente.
- Calmate Tsu'tey y saludales, hay poco tiempo antes de volver - le dijo Jake.
La familia Sully se quedó estática, más Neytiri. Él fue su mejor amigo, y no hubo día que no le echase de menos. Este se quitó la máscara y la lanzó al agua. No había cambiado, seguía siendo cascarrabias y el mejor guerrero.
- Se nota que los hijos salieron a la madre, tuviste suerte de que no se parecieran a Jake - comento con burla y se llevó un golpe por parte de Neytiri.
- Sigues siendo tú - dijo ella sonriendo.
Las dos chicos no paraban de mirarse. Kiri notaba algo, la había visto antes. La mayor de ella estaba nerviosa, nunca conoció a su hija. Esta se quitó lo que le tapaba la cara, ahora sí Jake pensó que se iba a desmayar.
- Grace - susurro Spider.
Antes de que pudiese hablar o abrazarse, les empezaron a disparar. Tuvieron que ponerse a cubierto. Detrás de unas mesas metálicas que tumbaron como protección.
Pol le pasó un rifle a Jake. Hacía tiempo que no hacían un equipo. Lo único malo era que les quedaba mucha munición. Utilizaron la mayoría para llegar a donde ellos.
Los Metkayinas estaban a un lado, intentando saber cómo salir de allí sin ninguna herida. Pero nada.
Cuando oyeron que recargaban ellos empezaron a disparar. Tsu'tey y Neytiri tenían las fecha y apuntaban a sus pies. Estos caían al suelo adoloridos y luego los mataban.
- No me quedan - dijo Jake agachándose otra vez y seguido su amigo.
- Ni a mi - se golpeó la cabeza, debía de haber traído más munición.
En un instante unos grito se oyeron por parte de los militares y luego como algo muy grande caía al suelo del barco. Unas gotas de agua les salpicaron, era algo que venía del mar.
Tsu'tey señaló a los demás que no salieran y por una esquina baja miro. Su tensión se fue al ver quién era. Se levantó y los demás entendieron que no era nadie peligroso.
