•16: 𝓔𝓼𝓽𝓻𝓮𝓵𝓵𝓪𝓼•

1K 94 31
                                    





Siempre estará allí para salvarte, no lo dudes.





Ni un día les dejaron los humanos para despedirse

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ni un día les dejaron los humanos para despedirse. Fey aún no fue con Eywa, dejaron su cuerpo en la carpa de su familia.

Estaban otra vez en guerra.

Los más jóvenes se quedaron en la orilla ya que no los dejaron ir. Neteyam estaba a cargo de cuidarles, junto con Aonung.

Jake vio que Ja'keil seguía vivo. Él estaba enfadado, mato a su propio padre y a su hermana pequeña.

Neytiri estaba con Ronal y Tonowari, mataban a los humanos. Querían venganza por todo lo que les habían quitado.

Ronal. Ella se sentía fatal después de descubrir que Fey había muerto. Se prometió a sí misma que antes de tomar cualquier decisión se calmaría para dar el veredicto final. A parte de que pronto nacería el bebe, tenía dos nombres pensados. Si era niño, sería Tonung, pero si era niña sería Fey're. Ella creía mucho en Eywa y tenía la esperanza de que su alma naciera por segunda vez. Para así resolver sus errores.

Desgraciadamente, se olvidaron de Quaricht.

Él estaba sobre su ikran y con algunos avatares más detrás. Iban a por los niños, el punto débil del resto.

Ellos estaban en lo más profundo de la isla, escondidos con cuchillos por si lo necesitaban. No se oía nada, hasta que alguien grito.

— ¡Ahhh! - todo reconocieron de quién fue.

— ¡Tuk! - dijo Neteyam para salir del escondite y atacar a quien la había atrapado.

Salieron más avatares, muchos más. Eso hizo que todo saliera a defenderse. Lograron matar a dos de ellos y otro quedaros heridos.

— Retenerlos - dijo el coronel y les pusieron a todos de rodillas y en fila.

Miro los cuerpos muertos de sus compañeros y luego a los niños. Estaban enfadados o asustados.

— Llevarlos al barco, tengo que darle una sorpresa a Jake. - dijo sonriendo.

Les agarraron de la trenza haciéndoles daño y les arrastraron hasta la red. Tsireya era la que más lloraba, no quería perder a nadie más. Ninguno de ellos.

Mes separaron en dos grupos y los ikrans llegaron a lo alto del barco. Allí estaba esperándoles Ja'keil.

El cielo se estaba oscureciendo, no había nubes, ni humos por incendios. Todo estaba despejado, lo único que podía notarse era el viento y las respiraciones ruidosas de los militares.

𝓗𝓲𝓳𝓸𝓼 𝓭𝓮𝓵 𝓬𝓲𝓮𝓵𝓸 {𝓛𝓸'𝓪𝓴 𝔂 𝓽𝓾}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora