Era un día más, normal y sin nada especial, me sentía lleno de energía (cosa rara) y de un brinco me levanté de la cama para dirigirme al baño. Un paso antes de llegar una palabra de hace unos días volvía a mí: <<rutina>>. Fue un susurro, como si otra persona me lo hubiera dicho, pero no podía hallarle la intención, no... No era eso... No quería hacerlo antes de hacer mis preparativos del día, mi propio sistema de acción; el baño y luego hacer todo lo demás. Ya dentro, tomé el cepillo, me acomodé un poco los lacios cabellos hacía sus respectivas direcciones con la mano, a manera de preparación y justo cuando iba a empezar, mi instrumento se me resbaló de la mano tras un descubrimiento.
—¿QUÉ LE SUCEDIÓ AL ESPEJO? —grité en un tono donde, sin lugar a dudas, si había alguien en la casa, me hubiera escuchado —Sin respuesta, perfecto —suspiré.
Estaba roto, golpeado y como una tela de araña formando patrones en tres zonas diferentes, de color negro, como si detrás del cristal lo hubieran alterado, impidiendo cumplir su función, pero eso no fue lo que me sacó de mis casillas. Era raro... Yo había gritado, cosa que llevaba puede decirse que llevaba semanas sin ocurrir, ¿que me llevó a eso? Si hubiera sido ayer hubiera ido individuo por individuo preguntando lo que había pasado, buscando una forma de solucionarlo a mi manera, pero no hoy. Hoy grité, e incluso, sin intención, tal como lo haría cualquier integrante de aquí sólo por la flojera de hallar individualmente un culpable. Luego lo entendí, pues, respondía a gritos como una manera de defensa contra este ataque directo a mi hábito personal.
Le quité importancia, más tarde alguno de mis padres vería el espejo, gritarían un poco al respecto, nos llenarían de regaños a mí y a mi hermano, hasta que uno confesara o se hartaran para en determinado momento de ese día o el siguiente, encontrar un reemplazo, darnos un sermón como postre y cinco advertencias sobre que nos pasaría si eso volviera a suceder o, en cambio, si alguno de ellos dos lo había hecho, y no mi hermano, las cosas iban a transcurrir como si nada hubiera pasado, como una mancha de polvo que con un soplido débil se esparce hasta dejar de ser notoria, pero con la misma conclusión sobre el objeto dañado; hallar el sustituto.
No me puedo quejar sobre si pasaba uno u otro, a mí ahora solo me importaba que mi reflejo en el baño volviera y aunque podía ir a la sala donde otro, más grande, servía para el mismo propósito, no tendría la privacidad y el mismo detalle al sentirme observado cuando alguien pasara, pues odiaba cualquier comentario mientras realizaba mi ritual, al cuál a nadie molestaba en esas cuatro paredes; siempre hallaba el momento justo para no estar apurado, para tomarme mi tiempo con el primer peinado del día, el que llevaba más trabajo (sin importar que a la media hora o menos se deshiciera más que parcialmente).
—Bueno, no hay de otra —exclamé resignado a una solución inmediata.
Empecé a cepillarlo justo unos segundos después de terminar mis otras necesidades, tomé el cepillo y comencé con el proceso que tenía casi totalmente grabado en mis brazos y manos; sabían lo que tenían que hacer. No me era lo mismo con la ausencia de mi cabello a la vista, no podía contemplar como realzaba mi rostro y lo descubría a medida que arrastraba una sección hacia atrás, destapando mi ojo derecho.
—¿Cómo era? —me detuve confundido.
Estaba sosteniendo el cepillo, apoyado en mi cabeza, vacilé unos segundos y seguí.Una sección hacia un lado y a la derecha, patillas detrás de mis orejas, aplastarlo con tal no se viera "inflado", alinear mechones para que no estuvieran enredados, corregir los desperfectos producto de un error de técnica, la otra sección rastrillarla hacía atrás y en la parte superior, hacer un separación; una línea continúa y simétrica entre una zona y otra. El espejo me permitía hacer con precisión la etapa final, pero sin él, quedaba en mi intuición adivinar con el tacto, cosa que no me estaba saliendo como esperaba.
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18 segundos
Ficción GeneralUn jóven a punto de cumplir los 18 comprende que su vida no apunta a ningún lado y cuando las ideas de su existencia empiezan a tornarse borrosas y sin sentido, comienza a tener sueños que develan un secreto muy enterrado y siniestro de su pasado...