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Ashley Oak odiaba los días lluviosos y la razón es simple, sus padres.

Siempre que llueve, Gary suele insistir a sus hijas que no salgan y se queden en casa y Ash tiene la mala costumbre de creer que sus hijas aún tienen cinco años, por lo que no deja de acosarlas durante todo el día. Y es por eso que la castaña de diecisiete años cambia completamente su humor cuando ve una nube oscura en el cielo.

Pero ahora la causa de su humor atómico no era solo la lluvia, sino su hermana de diez años, quien al parecer había decidido vivir en el baño hasta que la lluvia parara y pudiera salir al mundo exterior y estar a salvo de su madre.

- ¡Gaby! ¡Abre la puerta! - Susurró alto Ashley - ¡No me dejes aquí afuera con "eso"!

- ¿Y arriesgarme a que "eso" me encuentre? ¡Ja! Que graciosa eres

Ya harta, le dió un puñetazo a la puerta.

- Escucha pequeña engendra del mal, vas a abrir la puerta a la cuenta de tres o te juro que haré tu vida imposible

- Si, si, haces esa misma amenaza desde que tengo memoria

- Uno...

- Como dije, ya no...

- Dos...

- Ashley

- Tre-

En ese momento, repentinamente su cuerpo comenzó a entrar en calor y palpitaciones incontrolables tomaron control de su pecho, hormigueos en su parte baja y su cuerpo comenzó a emanar incontrolables feromonas. Estaba en celo.

- Mierda - Corrió como pudo a su habitación y se encerró allí con llave, abrió torpemente su cajón y buscó el inhibidor de feromonas... Pero descubrió que ya no le quedaba más medicina - ¡Mierda!

Desde la cocina, las feromonas de la castaña comenzaron a ser captadas por sus padres, quienes se comenzaron a alarmarse al darse cuenta de que el aroma no disminuyó.

- Ashley está en... - El omega empezó a sentirse mareado, la presencia del celo de la única alfa de la casa le hacía mal, tapó su nariz para no seguir inhalando las feromonas.

- Debe haberse quedado sin supresores - Gary frunció el ceño y dejó su papeleo desparramado por toda la mesa - ¿Donde está Gaby?

- N-no lo sé - Se puso de pie y tomó sus llaves - Iré a comprar más supresores

- Bien, yo me quedaré con ellas

•••


Desde el baño, Gaby podía sentir un fuerte aroma proveniente de la habitación de al lado, la habitación de su hermana. Salió lentamente y se guió por la curiosidad hasta llegar a su puerta, tomó el picaporte y lo giró para entrar, pero se sorprendió al ver que estaba trabada.

- Ashley ¿Qué es ese olor?

Alarmada, la alfa se hizo bolita debajo de las cobijas de su cama e intentó suprimir todas sus feromonas dentro de su cuerpo... Al igual de las ganas incontrolables de tener sexo con un omega, ese desagradable instinto que convertía a los alfas en bestias sedientas de sexo.

𝑭*𝒄𝒌 𝒀𝒐𝒖!! 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒚 | 𝑷𝒂𝒍𝒍𝒆𝒕𝒔𝒉𝒊𝒑𝒊𝒏𝒈 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora