𝑭*𝒄𝒌 𝒀𝒐𝒖!! 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒚 | 𝑷𝒂𝒍𝒍𝒆𝒕𝒔𝒉𝒊𝒑𝒊𝒏𝒈

~3~

No creía en las coincidencias, jamás lo hizo y todavía no planes creer en ellas. Cómo futuro investigador, no podía darse el lujo de creer en tontas "casualidades", o por lo menos no en las que eran demasiado obvias.

¿Pero a que va el tema?

Simple

¿Por qué?

¿Por qué de tantos asientos desocupados en su salón de clase?

¿Por qué justamente tuvo Serena que sentarse al lado suyo?

No sabía si sentirse agradecido de que no se haya sentado al lado de Ash o enojado por la forma tan descarada de la chica en querer acercarse al omega que se encontraba al lado suyo.

Serena caminaba derecha, erguida, bastante segura de si misma, no parecía ser del tipo de chica a la que puedas hacerla perder en algo, aunque esas solo eran deducciones superficiales y no podía basarse en solo eso para determinar la personalidad de la chica. Al tomar el asiento al lado suyo, dirigió si mirada hacia Oak, pero la apartó con una mueca incómoda de inmediato al notar la expresión de muerte que tenía el castaño.

- Mmm... Cuento contigo para ayudarme a actualizarme con las clases, amm... - Dejó de hablar la muchacha al no saber el nombre del castaño.

- Gary Oak - Simple y sencillo, sin agregar más palabras a una conversación que no quería entablar.

- Gary, entiendo - La chica sonrió, el castaño dudaba, pero no parecía estar tratando con una mala persona.

Aunque eso no evitó que desviara la mirada molesto, quería golpear con todas sus fuerzas a esa niñita sonriente y tal vez un coscorrón en la cabeza del idiota que se encontraba al lado suyo, quien no dejaba de mirarla. Le echó un vistazo a Ash y si, la estaba mirando, con aquellos brillantes ojos de color miel, juraba que la rubia también le estaba haciendo ojitos a su amigo, haciendo que este se sonrojara tímidamente.

A pesar de que la expresión del menor se le hacía la cosa más tierna y adorable del mundo, no le agradaba la forma tan sumisa a la que respondía ante simples miradas y un par de feromonas, ese no era Ash, no era su Ash.

El azabache no se dejaba intimidar por nadie, sin darle importancia que sea alfa, beta u omega, el nunca flaqueaba ante un reto.

Pero verlo de esa manera lo hizo sentir incómodo y sabía que el mismo Ash también lo estaba, podía ver cómo a veces apretaba su puño en busca de ocultar la vergüenza que estaba sintiendo.

Debía buscar hacer algo para cortar el incómodo ambiente que se había formado al rededor suyo, la idea del coscorrón regresó a su cabeza, dio un golpe lo suficientemente fuerte para que el menor reaccionara, pero tampoco para llegar a lastimarlo, llamando la atención de los demás alumnos de la clase, rompiendo el clima que se había formado en el salón.

- ¡Oye! ¿A qué fue eso? - Lloriqueó el menor.

- Te estabas quedando dormido y no creas que te voy a pasar los apuntes otra vez.

El omega se sonrojó de la vergüenza, era tan ingenuo que de verdad se creía el cuento de que se estaba quedando dormido y no que estaba en una ensoñación con la alfa a un puesto de distancia al suyo.

- Su atención a la clase por favor.

El castaño sintió triunfante, había cumplido con su cometido, ahora tendría que lidiar el resto del día con las miradas poco disimuladas de la rubia el resto de la clase.