2da parte: Capítulo 2

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Segunda parte: Para siempre

Capítulo dos.

Cinco años antes

Maca.

"Por qué un "Para siempre" no sería lo mismo sin el amor de mis dos personas favoritas en el mundo, mi "Para siempre" es junto a ustedes mis amores"

Dedicado a Tomás y Rubí

Vuelvo a leer el pie del cuadro más hermoso que he visto y vuelvo a apreciar el retrato de mi familia, sin duda es el trabajo de mayor valor que he hecho

- Mi amor como que quedó un poco chueco el cuadro — su voz me trae de vuelta a la realidad, volteo a mirarla — ¡No me mires así! — sonrío al verla con nuestro hijo en brazos

- ¿Rubí me lo dices en serio? — asiente

- Si, en serio — resoplo y me vuelvo a subir a la escalera

- ¿Ya?, ¿Ahí si?

- Un poquito más a la derecha, mucho, izquierda — lo acomodo — demasiado mi amor — respiro profundo y comienzo a contar hasta treinta — ahora arriba, abajo, al centro y pa' dentro — volteo y la observo desde mi posición, da carcajadas

- No me parece nada gracioso que te burles de mi — le hablo mientras bajo la escalera, ella no para de burlarse de mí, camino hasta quedar frente a frente — y tú hijo no deberías seguirle las bromas a tu mamá, mi Tommy patalea para que mi Rubí lo baje, decidió irse con sus tías

Vuelvo a mirar a mi Rubí, entrecierro mis ojos y me sonríe

- ¿Por qué me molestas? — la abrazo por la cintura y ella rodea mi cuello con sus brazos

- Ups — tapa su boca con una de sus manos — no puedo evitar molestarte, es que te ves demasiado tierna haciéndome caso en todo — alzo mis cejas

- ¿Que me estás queriendo decir? — sonríe

- Que eres una Maca-bea — frunzo el ceño, ella ríe y me contagia

- Igual, bien fome tu chiste — me saca la lengua

- ¡Amargada! — se acerca un poco

- ¡Intrusa! — me acerco otro poco

- Y a mucha honra — termina de acortar toda la distancia entre las dos y me besa, sonrio en sus labios

Sus besos siguen teniendo ese efecto en mi, desbordan un sinfín de sensaciones inexplicables y con el pasar del tiempo parece que esas sensaciones solo se hacen más fuertes e intensas...

- Ya po', ¡Hasta que hora esperamos al par de tórtolas! — confirmo lo que me dijo mi Rubí, la Esme definitivamente tiene el don de la imprudencia

- Ya, ya vamos, tan imprudente Esmeralda

- Agradece que no las dejamos debajo de la mesa, no las vuelvo a considerar nunca más — hace un desprecio y camina al comedor, le doy alcance

- Gracias cuñadita — le dejo un beso en la mejilla

- Sin contacto por favor — me mira de arriba a abajo — mira que aún te tengo en capilla

- Se que en el fondo igual me quieres — sus mejillas se sonrojan, oigo un carraspeo

- ¿Interrumpo? — volteo a mirar y mi Rubí está de brazos cruzados, me hace mucha gracia su actitud — por qué si las interrumpo me puedo ir y dejarlas solas

Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora