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Rubí.
Yo sigo entre sus brazos, con mis ojos cerrados me permito disfrutar este espacio y este tiempo que nos regala la vida, volver a sentirla activa todos mis sentidos, me parece haber estado una eternidad sin ella, abro mis ojos y me encuentro con aquello que siempre me fascinó de ella.
Sus ojitos sonrientes me miran con una devoción única y me encanta todo lo que ella despierta en mi, no importa el tiempo que pase, ella sigue estremeciendo todo mi ser tal como la primera vez y como lo viene haciendo desde entonces.
Creo que jamás me voy a cansar de sentirla mía, así como tampoco me cansaré de sentirme suya, sus manos acarician mi espalda y lo hace con tanto cuidado, su tacto en mi es tan sutil, podría decir que es demasiado sutil para mí gusto, por qué lo hace parecer una tortura, sus dedos trazan líneas imaginarias por mi espalda y bajan hasta mi espalda baja, se mantiene en ese juego tortuoso, provocando que cierre mis ojos cada cierto tiempo, la miro de vez en cuando y su sonrisa la delata, por qué ella sabe perfectamente lo que hace y por qué lo hace, le gusta ver lo que provocan sus caricias, a ella le encanta saber que tiene el control sobre las reacciones de cada espacio de mi cuerpo
Su celular comienza a sonar, y me lamento internamente por esta interrupción, cierro mis ojos y suspiro pesadamente, la Maca me ayuda a levantarme, se pone de pie, escribe rápidamente y camina hasta la puerta de la habitación, yo la sigo, por qué si, hay una fiesta que recién empieza en la azotea y las protagonistas de esta celebración desaparecieron, me estoy haciendo a la idea que debo esperar, pero no podría quejarme por qué hoy estamos celebrando nuestro compromiso, iba tan inmersa en mis pensamientos que omití por completo el echo de que mi ahora prometida, estaba poniendo seguro a la puerta, me detuve tras ella, mientras ella en su perfecto traje de dos piezas color negro se gira sobre sus pies, mostrándome la pantalla de su celular "Apagando" decía, ella no quita su mirada de mi, definitivamente ese traje le queda perfecto
- Listo, ahora ya nadie podrá molestarnos
- ¿Era algo importante? — caminó dos pasos hacia mi
- Todo lo importante para mí, está justo frente a mi y me mira con tanto amor, cómo yo la miro a ella — sonreí como idiota por sus palabras y ahora fui yo quien avanzo dos pasos, cerrando toda la distancia entre las dos
Subí una de mis manos hasta su rostro, acaricie su mejilla, provocando que un suspiro salga de sus labios, seguí una ruta con mi mano hasta llegar a los botones de su chaqueta, desabroche uno y me acerque hasta sus labios
- ¿Estás segura que nadie nos va a molestar? — abrió sus ojos y asintió
- Muy segura mi amor — baje mi mano y desabroché el botón faltante
- Me encanta este traje ¿Te lo dije? — asintió, mientras miraba cada uno de mis movimientos — para nuestro matrimonio ¿Puedes usar uno igual?
