El abuelo Peleo
Se acercaba Año Nuevo, habían sucedió muchas cosas durante el año, se casaron, llegó Pirro etcétera. Patroclo y Aquiles preparaban la cena mientras Pirro jugaba tranquilamente con su caballo de madera. Era un pequeño muy tranquilo, parecía que el pequeño solo necesitaba 4 cosas 1-Comida 2- Dormir
3-Cambió de pañales. 4 Patroclo
El pequeño se había encariñado demasiado con el moreno y él se había encariñado lo suficiente con aquel bebé pelirrojo.— Cariño ¿Estas bien?
El rubio veía a su esposo de manera entretenida
— ES MUY TARDE, Tu padre llegará en menos de una hora y todavía falta la ensalada, el puré, el ponche todavía no está, no estamos cambiados, esto es malo ¡muy malo!
El moreno daba vueltas nervioso, se sentía presionado incluso más que cuando tuvo que hacer su primer servicio en el hospital.
— Tranquilo, me hablo y me dijo que llegaría algo tarde, así que no te preocupes por el tiempo
El rubio plantó un beso en la frente del moreno,1 a pesar de que Patroclo era mayor que el por un año, Aquiles le llevaba varios centímetros de diferencia 17 centímetros para ser exactos. Patroclo aceptó gustoso el beso, Aquiles siempre lograba calmarlo, sin duda alguna no sabría qué hacer sin él.
— Bien entonces organicémonos
— A tus órdenes mi rey
— Aquiles basta
El rubio solo río mientras musitaba un "lo siento mi rey " Patroclo no era el único que tenía que devolverle los piropos él podía dárselos
La pareja se apuró y logró hacer que todo estuviera listo para la hora acordada con Peleo
Peleo toco la puerta y Aquiles salió gustoso a recibir a su padre.
— Hola padre
Aquiles sonrió al ver a su padre, era un hombre ya de 40 años, ya se notaban algunas canas en el cabello del rubio mayor sus ojos eran un azul brillante, sus padres siempre tuvieron buena genética en cuanto al envejecimiento.
— Hola campeón ¿Como ha ido tu vida de casado?
— Excelente padre, pasa
Peleo pasó y Aquiles siguió a su padre. Patroclo se acercó a saludar a su suegro el cual durante toda su vida fue como un padre para el
—¡Peleo!
El moreno saludó con una gran sonrisa
— Patroclo, cuanto tiempo ¿mi hijo te ha tratado bien?
— Mejor que bien peleo
— Espero que así siga
— ¿Donde está mi nieto ?
Aquiles cargo a Pirro y lo acercó a su padre, estaba logrando superar el trauma que tenía con aquel pequeño, lo podía sostener durante más tiempo y lo podía abrazar o mimar en cortos lapsos, había sido difícil aun recordaba la primera vez que cargo a Pirro, fue en la segunda semana que llegó Pirro, sus brazos parecían gelatina, se sentía nervioso, no sabía cómo lidiar con eso quería soltar al bebé más estaba consciente que eso dañaría al menor, casi lo cargo 5 minutos y aunque para muchos fuera una estupidez Aquiles se sentía bien, además Patroclo estaba a su lado y con él podría hacer cualquier cosa.
Aquiles le entregó a Pirro a su padre, Peleo lo sostuvo con una gran delicadeza aquel bebé lo veía de una manera tranquila, poco a poco el pelirrojo comenzó a reír provocando que a su abuelo le diera casi casi un ataque de ternura, Peleo le entregó el bebé a Patroclo aún no se sentía seguro de entregárselo a su hijo, no es que no confiara en el si no que estaba al tanto de la situación de Aquiles.
