Esposo Gentil

capitulo 5. Juzgado

Después de pasar unos largos minutos, su madre aún está allí, quieta, sin decir una palabra y algo pensativa.

- mamá, te acabo de decir que Jhory y yo nos separaremos. Nos divorciaremos dentro de poco y es raro para mí que no digas nada. Sé que ella nunca fue de tu agrado, pero también espero que comprendas que esto es algo entre ella y yo. Agradezco si me acompañas en el proceso, pero espero que no vayas a hacer algo más, por favor.

Su madre lo mira con compasión. No sabe los detalles del porqué decidieron separarse, pero sabe que Sandro ama demasiado a esa mujer. Aunque se divorciaran, solo sabrá dios el porqué, él sigue pensando en ella y hasta cree que su madre hará algo en su contra. La defiende por encima de todo.

Le dice todo eso con voz quebrada, manos temblorosas, mirada gacha y una postura que claramente refleja su dolor. Ella se levanta de la silla, camina hacia él y le da un abrazo de consolación. Lisandro no puede evitar seguir reprimiendo sus lágrimas, llora en silencio en los brazos de su madre. Ella se ve reflejada en su propio hijo, sabe lo difícil que es enfrentar una separación. Ella lo vivió en carne propia con el padre de Lisandro cuando esté la desecho como si nada y luego de unos meses se dio cuenta de que estaba embarazada.

Fue muy difícil para ella ser madre soltera, pero al mismo tiempo él le dio una razón para luchar. Todo lo que hizo y todo lo que lograba conseguir era por su hijo. Fue el regalo más lindo que la vida le dio. Irónicamente, su hijo estaba pasando por una situación similar a la que ella pasó. Cuando dio a luz sola en el hospital y los médicos le dijeron que había tenido un niño, se alegró muchísimo.

Cuando estaba embarazada le preocupaba que fuera niña y que, cuando creciera, su hija pudiera pasar por lo mismo que ella pasó. Al saber que era varón dejo de preocuparse por ello, se sintió muy aliviada en ese particular. Pensó que su hijo sería un rompe corazones y se esforzó por educarlo de la mejor manera. Y ¡he acá!, su hijo varón que es su orgullo, en este momento era él que estaba sufriendo por un desamor. ¡Quién lo diría! La vida jamás es justa, parece que lo desafortunado también se hereda.

Luego dejo de concentrarse en eso. No era este momento de estar reflexionando en cosas absurdas, debe concentrarse en ayudar a su hijo, dándole todo el apoyo que pueda necesitar.

- Tranquilo mi Lisandro, esa mujer no te merece. Nunca fue buena para ti. Podrás salir adelante, quizás más adelante conseguirás a alguien mejor. En poco tiempo esto que sientes ahora será parte de tu pasado. Saldremos adelante como siempre lo hemos hecho y quizás hasta nos podamos reír de este evento desafortunado.

- Gracias mama por no regañarme, por estar aquí siempre a mi lado y por todo tu apoyo desde que nací. Sobre todo, gracias por entenderme.

- Como no hacerlo mi vida. Para nosotras, las madres, los hijos son todo en la vida, estamos dispuestas a sacrificar cualquier cosa con tal de verlos felices. Pero también conocemos como es todo en la vida, aunque a veces podemos equivocarnos, pero el instinto de una madre nunca falla. Es por eso que cuando decimos algo es porque podemos ver cosas que ustedes no, sobre todo si se trata de las decisiones que quieren tomar muy jóvenes. Es por eso que te pido que, en una próxima oportunidad, consideres cualquier cosa que tu madre te diga, así parezca una idea descabellada.

Las mujeres tenemos como un instinto que nos avisa cuando algo está bien o cuando alguien tiene malas intenciones. Puede que te falle el mundo querido hijo, pero mama siempre estará allí para apoyarte sin importar qué.

A pasar de que Lisandro entendió el trasfondo de sus palabras, se sintió feliz y afortunado de tener a una madre a la cual acudir. No tenía ni fuerzas ni ánimo para refutar ninguna de las palabras que le dijo su madre. Además, ella siempre ha estado a su lado desde que tiene memoria, no vio a nadie más.