Scars.

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--Dale, Mad, porfavor salí de ahi--

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--Dale, Mad, porfavor salí de ahi--

Su amiga no respondia, ya llevaba una hora en el baño.

-Dale porfavor, sal. Vamos a solucionar lo que sea que está pasando, yo te puedo ayudar y no vas a estar sola, veni..-Intento hacer que su amiga saliera del baño, pero era imposible.

Se rindió y se deslizó por la puerta, quedando sentada de espaldas a ella.

-Se que son momentos difíciles para vos, pero esta no es la solución amiga-

No se escuchaba nada del otro lado, esto ya era preocupante.

-Mad, por lo menos dime si estas bien- Pidió volteando hacia la puerta.

-Estoy bien, Abril. Calmate- Salió su amiga porfin del baño, Riendo nerviosa.

-Sacate el buzo,  Mad- abril apuntó su buzo gris

-No cambiará nada, basta- Camino hacia las escaleras, ignorando a su amiga.

-Dale Mad, me tuviste una hora asustada ahí afuera, quiero saber que nada paso- la persiguió por las escaleras.

Al llegar abajo la vio sirviéndose un vaso de agua.

Abril se acercó dispuesta a saber que había pasado ahí.

Tiro del poleron, tirando también su brazo, haciendo que el agua del vaso se derramará en el suelo.

Al bajar la manga, se notaron cortes, cortes recientes.

-Dejame, Dios!- Hablo esta, volviendo a colocarse la manga de su buzo.

-Mad, porfavor, yo te puedo ayudar a salir de esto. Pero que me lo ocultes me lo hace más difícil.-

-Es que no puedo, abril- La voz de la contraria se fue cortando.

Abril no espero nada, la abrazo por los hombros y le palmeo la espalda. Pará que pudiera llorar con tranquilidad.

Mientras Mad lloraba desenfrenadamente, todo lo que estaba pasando era demasiado para ella.

-Gracias abi, gracias por siempre estar-

-Siempre estare para vos, te lo he dicho mil veces- hablo riendo y separándose del abrazo. -Ya es algo tarde, me tendría que ir yendo, pero no te quiero dejar..-

-ah si, no te preocupes. Estaré bien- paso una mano por su nuca, para luego llevarla a su brazo.

-Si necesitas algo, llamame. No hagas nada sin pensarlo, ¿ok? - Espero la respuesta de la contraria

-Bueno, ve no mas, se te hace tarde- elevó un brazo hasta el hombro de la cobraría y sobo, tirando una sonrisa de confianza.

Al escuchar la puerta cerrarse, decidió cambiarse, el buzo se estaba manchando.

Cardigan | Rodrigo carrera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora