Amy Rose. Esposa del famoso héroe de Mobiüs Sonic the hedgehog, Madre de su primogénita Aurora the hedgehog.
Sonic the hedgehog. Esposo de la hermosa eriza rosa, Amy Rose. Padre de su primer hija Aurora the hedgehog
Aurora the hedgehog, hija de los...
-Esto de Shadow y Aurora cada ves se pone más complicado ¿Cierto?.
-Si cariño, los chicos ya no saben que más hacer.
-¿Crees que termine en un caos? -Sirvió un poco de te-
-Esperemos que no cariño, ¿recuerdas cuando Sonic se puso celoso en la playa?
-Cielos, casi mata a ese joven si no hubiera sido que Amy lo noqueó con su martillo...
-Exacto, Sonic se convirtió en dark Sonic, es su lado malvado. Y cuando está de esa forma no sabe controlarse.
-Lo se, ¿pero porque estamos recordando eso? -Pregunto incrédula la joven coneja-
-Porque si Sonic es inestable en ese estado, no sabemos si Aurora tiene ese lado. Sería mucho más destructivo que Sonic...
-Tails, amor. No me asustes.
-Demonios, porque no lo estudie antes -Se levantó apresurado- Aurora sería una verdadera destrucción.
-Tails...
-Si Aurora es inestable como Sonic respecto a sus emociones...
-¡Tails suficiente! -Lo tomo de los hombros- ¿Explícame que está pasando?.
-Si Aurora llega a tener un suceso como Sonic en la playa será mucho más destructiva que Sonic. Sería capas de matarnos sin siquiera saber quiénes somos.
La coneja tapo su boca con susto y asombro, ahora es algo de que temer, imagino que el tener miedo ya había sido su fin una ves el doctor dejo de atacarlos cuando ella era una niña.
-Debo avisarle a los chicos para que tengamos bajo control a Aurora... -Besa su mejilla- regreso después tesoro.
-Ten cuidado.
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-¡Sueltame!
-Alto... Debes tranquilizarte....
-Voy a matarla... ¡Aléjate de el!
-¡Aurora es suficiente!
Amy aún seguía aturdida, nunca se imagino que su propia hija le pusiera la mano encima.
Estaba molesta, valla que si. Su hija, su propia hija se atrevió a golpearla sin justificación alguna. Regreso de su pequeño transe y miro como su amiga albina trataba de tranquilizarla, pero se veía en vano.
-Rouge... Suelta la.
-cariño estás segura... ¡Aurora ya basta!, Esta fuera de control.
-Tranquila... Suelta la porfavor.
La albina dudo en acatar a la petición de su amiga, pero la conocía. Sabía cuándo y como solucionar las cosas. Y bueno, era su hija. Este pequeño problema solo le pertenece a ellas.
