Mántengamoslo rudo, pero llámalo amor, ¿Quién dijo que las infidelidades sólo se pueden pagar con otra infidelidad?
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✈ Historia 100% mía.
✈ Historia ganadora en primer lugar de los Purple killer awards en categoría de...
No había terminado de explicarle el primer ejercicio cuando comenzó a marearse, mentalmente hizo un recuento de lo que había ingerido en el día concluyendo que definitivamente no se debía a haberse saltado alguna comida.
Oh mierda, los brownies.
Pudo dar su teoría por confirmada cuando vio la sonrisa cínica con apariencia inocente de Yoongi, quien estaba sentado frente a él fingiendo que ponía atención en lo que decía, como si no hubiese empezado a balbucear incoherencias hace tres minutos.
— T-tú, ¿Qué le echaste a esto? — tuvo que hacer un sobreesfuerzo para pronunciar esas palabras, aunque totalmente en vano porque comenzó a escuchar como si lo hiciera a través de un vidrio y a ver en una pésima calidad.
— Bah, un poquito de azúcar, diazepam y cloroformo, pero tranquilo Hoseokie, estarás bien — escuchó una risa escandalosa y tenebrosa al mismo tiempo antes de perder el último ápice de conciencia que le quedaba y caer rendido en aquel sofá.
Yoongi sonrió complacido al ver que todo estaba resultando como quería, echó un vistazo al reloj sobre la pared confirmando que su querido novio despertaría en unos quince minutos por mucho, no había tiempo que perder.
Tomó a su víctima por ambos brazos para comenzar a arrastrarlo por el suelo hacia su habitación importándole muy poco el que se golpeara, no tenía intenciones de ser delicado con una mierda que se interponía en relaciones como Hoseok.
Jimin era suyo, nadie más podía tocarlo mientras Yoongi siguiera vivo, el pelinegro estaba a un par de horas de confirmar aquella afirmación.
En cuanto llegó a su habitación dejó el cuerpo tendido sobre el piso a un lado de la puerta para buscar la silla de su escritorio y ubicarla frente a la cama, donde su hermoso novio estaba acostado e inconsciente, por supuesto.
Con esfuerzo, aunque sin tanta dificultad alzó a Hoseok y lo sentó como pudo, tomando algunas cuerdas que había puesto al lado de la cama anteriormente ató sus brazos, torso y piernas a la silla.
Luego, se recostó a un lado de su novio abrazándolo por el torso desnudo para esperar pacientemente a que este despertara, con su bate y su Katana a los pies de la cama.
Cinco o seis minutos después Jimin se removió abriendo los ojos con cierta alarma al sentir sus manos atadas.
— Buenos días bebé, o debería decir noches — se rio ligeramente sintiendo como su novio se tensaba, pero de su boca no salían más que gruñidos inconexos por la tela que hacía la función de mordaza sobre su boca, por la expresión que tenía fácilmente podía deducir que estaba molesto.
Yoongi le sonrió de nuevo burlándose de él mientras bajaba la tela, permitiéndole hablar.
— ¿Otra vez Min Yoongi? ¿En qué habíamos quedado? — le dijo para nada sorprendido cuando observó el cuerpo de Hoseok inconsciente frente a él.
El castaño suspiró mientras paseaba los dedos de su mano izquierda por el pecho y abdomen de su novio con delicadeza.
— Quedamos en que no lo haría de nuevo si no me dabas razones para hacerlo cariño, es tu culpa que esto esté sucediendo porque tú permitiste que el idiota de Hoseok te besara.
>> Sabes perfectamente que sólo me perteneces a mí y odio ver cómo dejas que otras personas te toquen.
Jimin puso los ojos en blanco ante esa declaración aceptando las palabras de su novio con reciedumbre, pero sabiendo que no iba a cambiar el destino de Hoseok.
— ¿Qué planeas esta vez? — el castaño volvió a sonreírle sádico al escuchar la pregunta.
— ¿No querrás darle un pequeño show para cuándo despierte? Estoy seguro de que le encantará verte, aunque puedo imaginar su expresión llena de amargura cuando entienda que es a mí a quien prefieres follar.
>> Considero que es un buen inicio para nuestra tarde, tómalo como un regalo de aniversario cariño. Luego, me harás los honores de iniciar y yo me encargaré del resto.
Jimin fue quien suspiró esta vez, sabía que ya no podía dejar a Yoongi por más que quisiera hacerlo, debió haber escuchado a su madre cuando se lo advirtió.
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