Mántengamoslo rudo, pero llámalo amor, ¿Quién dijo que las infidelidades sólo se pueden pagar con otra infidelidad?
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✈ Historia 100% mía.
✈ Historia ganadora en primer lugar de los Purple killer awards en categoría de...
Jimin se había comportado como un perro arrepentido toda la semana posterior al pequeño escándalo que se había armado, trayéndole regalos, pidiéndole perdón y demás cosas que sólo servían para aumentar su egocentrismo.
Le importaban una mierda las rosas y los chocolates, él sólo quería ver cierto líquido escarlata correr por las paredes.
No era tonto, por supuesto que podía imaginar que esa no era la primera ni la última vez que su novio habrá cometido tal estupidez, sin embargo, su lista a tinta roja tenía un nuevo nombre.
Y de momento, él se encargaría de erradicar eso.
Jung Hoseok, estudiante de danza contemporánea, el que se había atrevido a besar a Park Jimin sabiendo que tenía pareja.
No sabes lo que te espera — pensó con una sonrisa disimulada adornando su rostro.
Luego de lo que había pasado muchas personas en la universidad lo miraban con pena ajena y tristeza, porque todos allí pensaban que él simplemente había decidido perdonar la infidelidad y fingir como si nada hubiese pasado, porque de todas formas Jimin iba a dejarlo a su salón, lo besaba delante de todos y demás muestras de afecto que correspondía gustoso, porque después de todo lo amaba con su estupidez.
A pesar de lo que aparentaba, para él el asunto no había quedado en el olvido, y sentía una ira incontrolable sólo con ver la detestable sonrisa del tipo que se atrevió a meterse en su relación.
Pero, ¿Cómo ajustaría cuentas si no hacía sufrir también a su queridísimo amor?
Era obvio que el castigo era para ambos.
Yoongi no podía dejar de sonreír mientras planeaba aquello.
[...]
"Mantengámoslo rudo, pero llámalo amor".
El respaldo de la cama chocaba con la pared.
— Ah~ J-jimin — gemía mientras saltaba sobre el miembro de su novio, a quien tenía agarrado por el cuello con una mano, cortándole la respiración por momentos, aunque no lo suficiente como para decir que estaba intentando matarlo.
Por el momento.
Él sostenía su cintura rodeada por un arnés negro fuertemente con ambas manos, ayudándolo a moverse rápido y brusco.
Ambos estaban sonrojados, perdidos en el placer que sólo entre ellos podían darse, y el lenguaje del amor que sólo ellos podían comprender.
— Yoonie, m-mierda — el castaño lo besó silenciando sus gemidos junto a los propios.
Luego de un par de minutos más ambos se corrieron,Yoongi cayendo exhausto sobre Jimin, quien lo recibió con mimos en el cabelloluego de salirse de él.
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