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"𝙸𝚗𝚝𝚎𝚛𝚌𝚊𝚖𝚋𝚒𝚘 𝚍𝚎 𝚛𝚘𝚙𝚊"

Wooyoung y Félix se conocieron hace un año y par de meses luego de haber participado en Kingdom, el programa de supervivencia en el que se vieron obligados a competir por un premio, pero también a trabajar juntos en algunas ocasiones.

El amor, poco a poco comenzó a florecer entre ellos y logró pasar desapercibido por muchas personas, Seo Changbin no era una de ellas, pues fue él quien los ayudó a darse cuenta de sus sentimientos para finalmente, upps, formar una bonita y sana relación.

Pero no todo es perfecto, claro está, ellos debían mantener su relación en secreto tanto de sus amigos -menos de Changbin, pues era amigo de ambos y es su mayor fan-, de sus empresas y pues claro, de sus respectivos fandoms

—¿Hyung, sabe donde deje mi sudadera gris? —el pecoso hablo en un tono bajito solo para Wooyoung pues este estaba recién despertando de una siesta, mientras él guardaba sus pertenecientes en su bolsito para irse a su casa en unos minutos —Jure haberla dejado sobre la cama.

—Mhm... ¿la que tiene un pollito bordado en el pecho y uno más pequeño en la manga izquiera? —preguntó, recostado en su cama mientras mantenía sus ojos cerrados, ignorando el bonito puchero que seguramente su novio tenía ahora en su rostro al no encontrar su ropa.

—¡Sí, justo ese! —se volteo hacia el con ojitos esperanzados.

—No, no lo he visto, pastelito. —mintió.

Félix soltó un bufido a la par que reboloteaba sus ojos. El rubio a las pocas semanas de relación con el peligro pudo darse cuenta de lo posesivo que resultaba ser algunas veces con él, siempre que tenían encuentros fuera de su horario laboral el mayor quería dejarle pequeñas marquitas sobre su mandíbula o su pecho, o de ponerle su perfume cuando salían, o enviarle constantes mensajes y regalos ocn changbin de forma anónima, o gustaba de prestarle su ropa para que los demás no olvidarán que Félix ya tenía a alguien.

Siendo esto último el caso, estuvieron juntos todo el fin de semana mimandose y descansando –y haciendo otras cosas– y ahora que el rubio debía volver a su hogar, Wooyoung escondió su sudadera uns horas antes para que no tuviera que irse, no sin llevarse algo suyo.

—¿Esta seguro de que no lo a visto, uhm? —Félix gateo hasta la cama del mayor y apoyo su cabeza sobre el colchón para estar frente a frente de su novio, quien aún se rehusaba a abrir sus ojos por completo . —Estaré muy triste sin esa sudadera durante estos días... se me ve muy bonita ¿no cree? —

Wooyoung abrió lentamente sus ojos y Félix casi pudo sonrojarse ante la profunda mirada que el moreno le estaba dedicando en ese momento. —¿si te doy un besito dejas que la conserve unos días? —El grave tono que estaba utilizando para decir algo tan tierno hizo al pecoso sonreír.

—¿Qué clase de fetiche tiene con mi ropa, eh? —El rubio se levantó del suelo y Wooyoung volvió a hacerle un lado en su cama para que se recostara con él.

—Pues, se me ve muy bien. —respondió, ignorando la curiosa mirada de su novio.

—Ni siquiera es de su talla, hyung. —

—Ah. —

El pecoso soltó una risita y escondió su rostro en el fuerte pecho de Wooyoung —Bien, le dejaré mi sudadera, pero a cambio debes darme una tuya. —Félix pico la costilla de Wooyoung logrando un suave quejido de su parte.

Jung sonrió maliciosamente ante el buen resultado, su plan funciono a la perfección. —Oh... esta bien, creo que es lo más justo, sí. —

De un salto se levantó de su cama y camino hasta su armario dejando a un rubio muy confundido sobre sus sábanas, rebusco entre sus prendas y busco su sudadera favorita que era de color azul marino que estaba seguro, haría ver a Félix demasiado atractivo, y demasiado suyo.

—¿Quieres comer algo antes de que te lleve a casa? —preguntó, poniéndose la sudadera gris con bordados de pollito de Félix que le quedaba un tanto ajustada, pero le permitía algo de flexibilidad, sonrio inevitablemente al notar como las pecosa mejillas de su novio estaban infladas en gesto molesto.

—Me siento brutalmente engañado. —

—Así es, fuiste ingenuo. —complació.

—Eres malo. —

Wooyoung fue hasta la cama y ayudó a Félix a vestirse con la sudadera azul, que sin duda abrazaba toda la belleza de este pues el contraste con su piel morena y cabello dorado era la gloria, acarició su mejilla y se permitió dejar un suave beso a un costado de su ojo derecho, donde descansaba una de sus pecas favoritas. —Eres mi ingenuo favorito, pastelito.

—Eres el peor dando cumplidos, lleveme a casa, hyung. —

El rubio volvió a tomar su bolso y le hizo un ademán con la cabeza a Wooyoung para que le siguiera fuera de la habitación, molesto ante los ojos del más alto, aunque no fuera el caso.

—Te ves bonito con ese color. —probó Jung, siguiendo al más bajito hasta la salida, se pusieron sus cubrebocas y cubrieron sus cabezas con las gorras de sus sudaderas antes de salir, irían caminando pues una Van de JYPE debía recoger a Félix a unas cuadras más abajo.

—Me veo bonito con todo lo que uso, hyung. —gruñó, fingiendo seguir molesto.

Ambos cruzaron la calle rozando sus manos pues no querían ser tomados por sorpresa por algún reportero, pero aún así queriendo sentirse cerca el uno del otro.

—¿Y tu crees que me veo bonito? Es mi sudadera nueva, mira. —Wooyoung choco su hombro con el del más bajito y Félix le dio un golpe en el pecho como respuesta.

—Es solo un intercambio, quiero mi sudadera de regreso después, mamá bordo los pollitos ella misma. —Félix formó un pequeño puchero que pasó desapercibido gracias al cubrebocas.

Wooyoung ladeo su cabeza, sonriendo tanto hasta el punto que sus ojos formaban bonitas medias lunas, el corazón de Felix reboloteo feliz ante ello. —En ese caso cuidare muy bien del regalo de mi querida y adorada suegra, no te preocupes mi amor.

—Hyung, eres imposible. —gimoteo.

—Comportate, me amas. —

—Lo hago, estoy condenado. —

En pocos minutos llegaron a la Van y ambos sonrieron al ver como uno de los vidrios polarizados bajaba hasta dejar a Changbin a la vista, vestía una musculosa y un cubrebocas negro cubría su barbilla, suponían que debía volver del gimnasio.

—Buenas, sube Felix, tenemos reunión con Bangchan y los demás. —abrió la puerta de la camioneta y acarició los dorados cabellos del pecoso una vez se subió al asiento trasero, le lanzó un beso a Wooyoung una vez tuvo el cinturón puesto y este devolvió el gesto enviándole cinco besos, logrando que Seo hiciera una harcada que los hizo reír a ambos. —Dios, son asquerosos.

—Hasta luego, pastelito hermoso. —

—Hasta luego, mi hyung. —Se despidieron, sintiéndose felices por haber compartido un poco más dentro de sus apretadas agendas.

—Sí sí, hasta luego. —se despidió también Changbin de Wooyoung. —Hey, un segundo ¿Esa no es la sudadera de Fel-

Y Felix terminó por cerrar la puerta de la Van de un portazo interrumpiendo la oración del rapero.

𓏲 ࣪₊ 20 𝗱𝗮𝘆𝘀 𝗼𝘁𝗽 𝗖𝗵𝗮𝗹𝗹𝗲𝗻𝗴𝗲 | 𝐖𝐎𝐎𝐋𝐈𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora