Durante los próximos días Louis se dedicó por completo al cuidado de los cachorros, tal y como le había dicho Harry. El Alfa había mandado a traer dos camas más pequeñas para colocar en la habitación del Omega, además de ropa nueva para los cachorros. Todos para su comodidad.
El Alfa durante esos días, había analizado a aquellos cachorros notando el espeluznante parecido que tenían con Louis. Era como ver a dos mini Louis caminando con temor por la casa, siguiendo a su padre. El cachorro menor, Zarek era el cachorro más valiente y atrevido que había conocido, no le importaba que tuviera que hacer con tal de proteger a Paris. Era tanto su instinto protector, que Paris siempre andaba detrás de él, sabiendo que allí estaría protegido.
Paris por otro lado, era una pequeña masita tierna y dócil que hacía caso en todo. Se parecía bastante a Louis. Era tímido y siempre andaba de curioso por todas partes. Harry un día lo había encontrado entrando a su oficina, el lobito se había asustado tanto que incluso se convirtió, el Alfa había tenido que tomarlo con delicadeza y llevarlo hasta donde estaba Louis ya que el cachorro no paraba de lloriquear.
──¿Has escuchado que la curiosidad mató al cachorrito?
Paris se sobresaltó al escuchar a Harry.
Ya no le temía tanto como la primera vez, era al único Alfa que no le temía. Incluso se podía decir que el Alfa se había ganado un poquito de su confianza. El cachorro Omega tenía bastantes problemas con los Alfas, comenzando por su padre Alfa que había sido un maldito imbécil desde que nació. Cuando aún vivían en la casa de ese Alfa, los cachorros tenían que escuchar de forma constante como él utilizaba su voz de Alfa para mandar a Louis, para regañarlo e incluso a veces castigarlo. A Zarek realmente poco le afectó, ya que estaba más preocupado en conseguir comida para que su mami Lou no tuviera que andar pasando hambre, pero Paris se llevó la peor parte.
Ocurrió una tarde de primavera, el cachorrito había estado investigando por el patio cuando sin querer rompió una manguera. Justamente el Alfa estaba allí y utilizó la voz de Alfa con Paris hasta que se cansó. Louis fue el único capaz de ir a sacarlo de allí aunque luego le llegara un castigo que dejó cicatrices en su rota piel.
Ahora, nuevamente había encontrado al Omega investigando.
──¡A-Alfa bonito!
Chilló Paris.
Harry le sonrió.
Paris quedó fascinado con aquellos bonitos hoyuelos.
──¿Qué andas buscando, cachorro?
Paris hizo un pequeño puchero, pensando seriamente en si decirle la verdad o mentirle.
Su mami Lou siempre decía que las mentiras eran malas y que por mas que doliera la verdad, debía decirla. Aún así, cada vez que se escabullía para buscar algún dulce en su antigua casa, lo regañaban de forma fea. Solo una vez había logrado su propósito y había compartido un cuadrito de chocolate que había encontrado junto con Zarek.
──Q-Quiero chocolate...
Murmuró con temor.
Su pequeño y frágil cuerpo estaba temblando. Incluso se había encogido sobre sí mismo sin querer ver al Alfa frente suyo.
Habían razones por las cuales Paris le decía Alfa bonito a Harry, la principal era que el Alfa era amable y le había demostrado mediante a palabras y acciones que no le haría daño. Le había dado cálidas camitas a él y a Zarek aunque ambos terminaran cada noche durmiendo junto a Louis, el gesto se agradecía. Además de que en esa casa les daban mucha comida rica y por lo que se había dado cuenta, Harry era el que dirigía todo ahí.
──Hay en la cocina, cachorrito. Vamos.
Paris lo miró atónito.
Lo siguió con pasitos cortos e inseguros, realmente desconfiando en si de verdad eso estaba sucediendo o el Alfa en algún momento lo atacaría. Al llegar a la cocina, vio con ojitos brillantes como el Alfa le daba la mitad de una barra de chocolate. En ese instante quiso llorar.
──¿N-No estás molesto?
Harry negó, confundido.
──¿Por qué estaría molesto, cachorro?
Paris hipó.
──E-En donde el antiguo Alfa, no podíamos entrar a la cocina, m-menos comer chocolate.
Su vocecita era pequeña y frágil.
Harry se agachó a su lado y lo miró con preocupación. Tomó sus pequeñas manitas y las frotó suavemente entre sí. Quería demostrarle al pequeño Omega que podía confiar en él, con Zarek le estaba costando mucho más poder relacionarse ya que el Omega era bueno evadiéndolo y permanecía en su zona de confort todo el tiempo, siempre estaba a la siga de Louis y no se despegaba de él. Agradeció los pequeños momentos donde Paris se despegaba de ellos guiado por su curiosidad, gracias a eso podía relacionarse con el cachorro.
──Aquí puedes comer todo lo que tu quieras, cachorrito. También puedes ir a donde quieras, no hay reglas, ¿sí?
Paris sollozó alternando miradas entre la barra de chocolate y los ojos verdosos de Harry.
Al final, lo único que pudo hacer para agradecerle al Alfa fue lanzarse a sus brazos y aferrarse a él.
¿Por qué se sentía tan protegido en los brazos del Alfa?
(...)
paris me parece muy nanai:(
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camelia
Random- Es el siglo XXI y la esclavitud volvió a ser un tema que la sociedad prefiere ignorar. Se normalizó el intercambio entre esclavos de cualquier casta aunque mayormente eran Omegas, los Derechos Humanos dejaron de poseer poder en el Mundo y la polít...