Estaba tan asustado, Cellbit...
No imaginé que me verías con tanto desprecio...
Con decepción... Nunca pensé que amarte dolería tanto y que el verte llorar haría mi corazón pedazos.
Mi intención nunca fue hacer de esto una mentira tan duradera, jam...
"Mentirle a una persona para "conservarla" es la peor forma de perderla, pues después de la primera mentira, toda verdad queda en duda"
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● Cellbit ●
Cuando pisé la tierra de esta isla me encontraba completamente solo... No podía recordar nada en absoluto y lo único que me acompañaba era mi nombre
Un grupo de personas habían llegado antes que yo. Todos ellos ya se habían adaptado a las condiciones y sugerían que hiciera lo mismo... cada uno era ciertamente especial pero nada fuera de lo común
El pueblo era sorprendentemente alegre a pesar de la situación en la que se encontraban, pues nadie sabía cómo habían terminado ahí o cuál era el propósito de mantenerlos en la isla.
Por extraño que pareciera, aún contábamos con dispositivos electrónicos, energía y otras facilidades... como si a nadie le preocupara que pidiésemos ayuda sabiendo que tampoco es como si tuviéramos a alguien a quien acudir.
Una completa mierda.
Los primeros días fueron difíciles, aunque me las arreglé para salir adelante y construir mi propio hogar... traté de mantener un perfil bajo y no llamar demasiado la atención
Una noche mientras todos dormían me vi en la necesidad de buscar materiales, en especial las enderpearls
Sin suerte tuve que volver con las manos vacías y preguntar en aquel grupo al que me vi obligado a entrar por la insistencia de Quackity
"¿Estarán despiertos?" Pensé Solo había una persona en línea... misma con la cuál nunca había tenido la necesidad ni el interés de interactuar
— ¿Alguien tiene enderpearls?— pregunté
— Sí— respondió aquel chico cuyo nombre era Roier y así fue como comenzó nuestra pequeña historia
Desde el primer momento en que lo vi, mi alfa me decía que él era algo especial
Por lo que en su momento supe, había pasado tiempo desde que no salía de casa e interactuaba con los demás, incluso varios habitantes de la isla que habían llegado antes que yo nunca habían tenido la oportunidad de hablar con él
Un hermoso omega...
Su piel morena y cabello oscuro me hacían no querer apartar la vista, un pequeño chico carismático y amable, ansioso por querer ayudar en lo posible
Pasamos la noche juntos hablando después de proporcionarme lo anteriormente solicitado
Y antes de poder decir adiós, supe que no quería dejarlo ir... "Él debe ser mío" pensé sintiendo mi cuerpo erizar con tan solo una mirada de aquellos lindos ojos negros, mismos que parecían absorverte como la luz de una noche sin estrellas
