🥀 Capítulo XI 🥀

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Tontos e inocentes, ardemos en cenizas de quienes mediante la muerte expiaban sus pecados

Danzaste sobre las tumbas y me besaste con fiera lujuria

Un hermoso y lindo amor enfermizo






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Mis recuerdos comienzan con el techo blanco y brillante, reflejando la luz del sol

Cuando yo era pequeño vivía en una pequeña casa de madera, rogando por un poco de pan y sintiendo cómo el frío del suelo traspazaba la fina capa de piel en mis talones

Mi madre murió en agonía y desnutrición, y cuando lo hizo, con su último suspiro me entregó un botón con la insignia de quien aseguraba era mi padre

Un hombre del que oí una y mil historias por boca de mi progenitora... ella lo amaba y vivió en la ilusión de ver por última vez a aquel hombre que tanto amó

La gente solía burlarse de ella, una mujer débil que esperaba a la orilla del mar el regreso de un hombre que la dejó tirada

Etoiles Rayenne

Soldado que ganó la Estrella de plata dos veces en tres días, tres Corazones Púrpura y la Cruz de Servicios Distinguidos... un alfa dominante que escaló tan rápido como la espuma y que nadie pudo detener

Por voluntad de la mujer que me crió, decidí buscar refugio en aquel hombre

Viajé por varios días escondido en un velero, caminé extensos kilómetros hasta sangrar del cansancio

Sacrifiqué mi vida buscando a alguien que no me buscaba a mi... y que cuando lo encontré, siquiera sabía de mi existencia

Me presenté ante ese alfa como su hijo, mostrando la insignia, símbolo de una promesa rota

Con desprecio me dió la bienvenida y a las pocas horas me encontraba sobre una camilla con agujas pinchando mis venas

"Es un alfa" indicó un hombre vestido de blanco y mi padre sonrió orgulloso

A partir de ese momento comencé a vivir como un rey, la vida que siempre soñé tener y el cariño incondicional de mi figura paterna... nunca hablamos de mi madre, él dijo que no valía la pena hablar de aquello... y yo en mis 12 años creí que eso era correcto

Mi padre llenaba mi cabeza de alagos, mis hermanos mayores me admiraban y envidiaban a la vez... tenían celos de mi capacidad

Así que cumplí con mis deberes como hijo menor y estuve a la altura de mi padre aún siendo menor que éste en sus mejores momentos

La comida era dada a manos llenas y toda aquella que ya no quería era arrojada a los perros

A través de un arduo trabajo entrenánfome para el ejército, pude obtener mi primer reconocimiento en la academia militar, así que cuando cumplí los 14 años mi padre muy contento me otorgó su adquisición más preciada, aquella que tanto tiempo presumía taner

𝓣𝓾𝔂𝓸 𝓮𝓷 𝓬𝓾𝓮𝓻𝓹𝓸 𝔂 𝓪𝓵𝓶𝓪 || GuapodúoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora