⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ❝Sabes que, a pesar de que estamos en guerra y somos de bandos distintos, es increíble el 𝗽𝗲𝗻𝘀𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 sobre cómo avanzó nuestra relación. ⠀⠀⠀⠀♡
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Volando sobre Appa, viajando con Sokka, Katara y, nuestro nuevo amigo, Momo, que nos estamos dirigiendo a visitar un lugar.
— No tienes idea de a dónde vamos, ¿o sí? —Me preguntó Sokka mientras revisaba el mapa.
— Buenos, sé que está cerca del agua. —Dije, volteando un poco la cabeza para verlo.
— ... Entonces supongo que estamos cerca.
Quedamos unos segundos en silencio, la verdad es que no quería hablar bastante. El encuentro que tuvimos con esa chica me dejó mucho en qué pensar; ¿Quién era?, ¿Qué hacía en el Templo del Aire?, Y... ¿Por qué me consoló aún si no me conocía?, Eran bastantes dudas que no podía resolver. Debía admitir que me llamó la atención, su tacto fué bastante cálido, las sonrisas que me dedicó eran tan agradables como su presencia, casi me sentía en total confianza con ella... Es extraño pero sentí que la quería conocer, y más que nada, estar a su lado.
Al salir de mi mente, miré a Katara que estaba cosiendo los pantalones de Sokka. Tiene una cara de concentración y quería sacarle una sonrisa.
— Momo, canicas, por favor. —Acto seguido, se metió en mi ropa y salió a dejar las canicas en mi mano.— Oye, Katara, observa este truco de Aire control. —Con mi elemento, hice que las canicas vayan tan rápido en un círculo.
— Fabuloso, Aang...
— Ni siquiera miraste. —Dejé las canicas en mí mano, parando el truco.
— Es fabuloso...
— Pero ahora no lo hago.
Y guardé mis canicas en mi ropa una vez más, dejando de sonreír.
— Deja de molestar, Cabeza de Aire. —Me dice Sokka, recostado en la montura de Appa.— No debes hablarles cuando están cosiendo...
No los volví a escuchar del todo, me sentía un poco deprimido por la falta de atención de Katara. Hablaban sobre cómo Sokka decía que el orden natural es que las niñas se encargan de coser y los niños de cazar y pelear, lo que su hermana con enfado les deja sus pantalones a medio coser.
— ... No puedo usar ésto, Katara, por favor.
Volví a sonreír una vez más.— Cálmate, Sokka, no necesitarás eso en el lugar al que vamos. —Con las riendas, me puse a descender a Appa.
