Cuando acepté ser la novia de Ben hace seis meses, jamás imaginé todo lo que eso conllevaría.
Sí, tenía claro que los ojos de todos estarían sobre nosotros, pero no pensé que las cosas pudieran llegar tan lejos.
¿Y por qué no lo hice a pesar de to...
Narrador Omnisciente: Los meses habían comenzado a transcurrir desde aquella conversación en el dormitorio de Ben donde él y Mal casi terminaron y decidieron hacer su relación privada.
El fin de semana de la joven pareja junto a los ex-reyes en el castillo había sido un gran momento para todos. Convivieron muchísimo y se divirtieron como una familia, aun cuando la pelimorada no era parte de ella de manera legal. Para los padres del rey era la persona indicada para su hijo. Sabían que tenían un gran futuro por delante.
Al día siguiente regresaron a la preparatoria y siguieron como lo habían estado haciendo hasta ahora. Las siguientes semanas transcurrieron rápidamente.
Ben tuvo pocos momentos de distracción ya que esa época del año siempre estaba cargada de trabajo. Entre eventos, reuniones interminables con el Consejo de Segundones, leer papeles, firmar documentos y redactar proclamas su tiempo libre era escaso y lo usaba para ir a clases y descansar.
Claro que eso no evitó que hiciera lo posible por pasar ratos con sus amigos, sus padres y su novia. Él y Mal solo habían tenido unas pocas citas en esos meses, pero cuando las tenían eran los momentos más preciados para los dos. Muchos de sus encuentros ni siquiera eran citas, más eso no le quitaba importancia a esas ocasiones.
Mal también había estado bastante ocupada esos días. Entrarían a la universidad el año entrante, pero para poder ser aceptada en las que más le gustaban debía comenzar a organizar su portafolio artístico y se estaba esforzando al máximo con sus notas. De por sí le iba bien cuando llegó a Auradon, pero ahora era parte de los diez estudiantes con promedios más altos en su año junto a Ben, Doug, Jane, Carlos y Evie.